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Aparece una red de evasión de impuestos digna de serie de Netflix

En la Secretaría de Finanzas, esa que debería cuidar cada peso como si fuera suyo, había un grupo de funcionarios que, en vez de cobrar impuestos, ayudaban a esquivarlos

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¡Vecinas, vecinos!

 

Tal parece que el gabinete se mueve, y no precisamente por diversión.

 

El gobernador Alejandro Armenta decidió hacer limpieza de primavera en su gabinete.

No falta quien se vaya por cansancio, quien se vaya premiado y quien se vaya discretamente por la puerta de atrás, como en cualquier reunión familiar incómoda.

Eso sí, todo con cariño y sin corajes… o al menos eso dicen.

Según nos cuentan, hay funcionarios que ya andan cansados —porque seis meses en el cargo agotan, no cualquiera… ¡Ja!—.

Otros que se van a la Federación, que suena elegante, pero a veces es el equivalente burocrático a “te vamos a mandar a donde no estorbes”.

Y así, entre abrazos y “muchas gracias por todo”, se va Yadira Lira de Turismo, Javier Aquino de Bienestar, y Virginia González de Igualdad, que será sustituida, nada más y nada menos que por… Yadira Lira.

 

Dicen que es por renovación, pero se siente más como cuando uno acomoda los muebles nomás para ver si ahora sí funcionan.

Y lo mejor: todo esto apenas va calentando.

En 156 días ya llevan más cambios que algunos en sexenios enteros, y eso que apenas es mayo.

 

Pero oiga, qué bueno, porque más vale que las cosas se ajusten desde temprano a que nos enteremos ya en 2027 que nadie supo qué hizo quién.

Así que bien por Armenta: que siga el reacomodo, que se sacudan las telarañas y que se acomode la tropa.

Total, Puebla es de quien la trabaja… o de quien aguanta más reuniones en lunes.

*

Justo cuando creíamos que en Puebla lo único que se movía era el gabinete de gobierno…

 

¡Zas!

 

Aparece una red de evasión de impuestos digna de serie de Netflix, pero sin presupuesto para actores.

 

Resulta que, en la mismísima Secretaría de Finanzas, esa que debería cuidar cada peso como si fuera suyo (porque casi lo es), había un grupo de funcionarios que, en vez de cobrar impuestos, ayudaban a esquivarlos.

 

Como quien trabaja en la caseta y en vez de cobrarte la autopista, te enseña el atajo por el campo.

 

¡No hay que ser!

 

Y por si no fuera suficiente la frescura, estos campeones de la “creatividad fiscal” exigían un bono de productividad.

 

¡Sí, en serio!

 

Exigían que se les premiara por… hacerle el trabajo más fácil a los evasores.

 

¡Qué espíritu de cuerpo!

 

¡Qué compromiso con la patria!

 

Lo malo, según dijo el gobernador Alejandro Armenta (ya visiblemente cansado de cargar la piñata solo), es que Puebla anda en penúltimo lugar de recaudación, así que eso de la “productividad” está más cerca del realismo mágico que de la ley de ingresos.

Armenta ya prometió poner orden.

Nada de persecuciones, dice, solo ley aplicada con firmeza y respeto a los derechos humanos (aunque a más de uno le va a dar gastritis de la buena).

 

Así que si usted trabaja en Finanzas y siente que se le viene el agua, no es paranoia: el góber ya los tiene detectados, y ahora sí, se acabó el recreo.

 

Porque en la Puebla del 2025, la impunidad no se premia con bonos, se cancela con actas administrativas.

 

¡Por cierto!

 

¿Alguno de ustedes, vecinas y vecinos, sabe cómo va la investigación sobre el boquete financiero de más de 1300 milloncitos que dejó Miguel Barbosa y su pandilla de cuatreros?

 

¿Alguien sabe dónde está la extitular de Finanzas, María Teresa Castro Corro?

 

¿Alguien sabe dónde está la exauditora Amanda Gómez?

Podríamos empezar primero por ahí.

 

¿No creen?

*

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. 

 

 

 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

 

 

 

Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org

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