Erika lleva años empujando un caso que ha sido archivado, desempolvado, rearchivado, impugnado, y ahora... pospuesto por falta de familiaridad con el expediente
¡Ah, el sistema judicial mexicano, vecinas y vecinos!
Ese melodrama eterno en donde las víctimas deben armarse de valor, paciencia y cafecito para ver si algún día, con suerte y un poco de alineación planetaria, su caso llega a una resolución.
El más reciente capítulo de esta telenovela lo protagonizan nada más y nada menos que dos panistas:
La exregidora Erika de la Vega y el exdiputado Eduardo Alcántara Montiel, acusado desde hace 4 años de acoso sexual, extorsión y violencia política de género. El miércoles pasado se desarrolló una nueva audiencia judicial.
Spoiler: la audiencia se pospuso. Otra vez.
Te puede interesar: Caso Erika de la Vega: Posponen audiencia de Alcántara por cambio de agente
La primera fue suspendida porque Erika presentó síntomas de influenza. Y la segunda, celebrada con bombo, platillo y presencia del acusado y su equipo legal, fue reprogramada porque —redoble de tambores— ¡cambiaron al agente del Ministerio Público! El nuevo MP, que no sabía ni de qué iba la cosa, pidió tiempo para “estudiar el caso”. Cuatro años de investigación, una denuncia desde 2021 y apenas lo están hojeando como si fuera el primer capítulo de una novela policiaca de medio pelo. Pero calma, vecinas y vecinos, que esto es lo más normal del mundo judicial mexicano. Erika lleva años empujando un caso que ha sido archivado, desempolvado, rearchivado, impugnado, y ahora... pospuesto por falta de familiaridad con el expediente.
¿No es encantador?
Mientras tanto, el acusado anda paseando por los juzgados con cara de “esto ya casi se olvida”, la defensa pide cerrar el caso porque ya pasó mucho tiempo (¡y porque lo dejaron pasar!), y el tribunal electoral, más rápido que su contraparte penal, ya lo sancionó, lo inhabilitó por tres años y hasta lo mandó a tomar cursos de “cómo no ser misógino en cinco pasos o menos”. Pero eso sí, la justicia penal no puede moverse sin que el nuevo agente del MP haga su tarea. Y por “tarea” entendemos leer lo que no leyó en cuatro años alguien más y que ahora se chutará en tres semanas.
La siguiente audiencia será el 8 de julio.
Ya veremos si ahora sí hay justicia, o si la fiscalía cambia de MP por tercera vez, si Erika se resfría, o si el juez decide posponerla porque se le antojó una semanita en la playa.
Total, aquí lo urgente se vuelve eterno, y lo eterno… también.
Porque en este país la justicia camina lento. Tan lento que ya hasta parece que lo hace a propósito. * Vecinas, vecinos, nos leemos el lunes.
Acuérdense que el que se enoja pierde.
Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org
|
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, periodismo con causa. |