Nuevas funciones en antiguos edificios

  • Los antiguos espacios han forzado su concepción de uso; en su rescate, algunos reinventaron su funcionalidad, en otros, no es la dignidad quien radica en ellos
 Parte V Texto y foto: Carlos ESPINOZA ADEMÁS DE las Sendas históricas, existen en Puebla inmuebles que históricamente fueron importantes y debido a circunstancias han cambiado su función con el tiempo, dicha función, en algunos casos, había estado destinada a promover la cultura. Algunos de estos edificios han sido adquiridos por particulares para ser destinados a la actividad comercial, otros se han adaptado a la época actual, albergando acervos museográficos en sus instalaciones, mientras que otros han sido simplemente olvidados por la ciudadanía y las autoridades. Casa Arrieta Ubicada en avenida 5 Poniente 339, esta antigua mansión data del siglo XVIII, modificada en el siglo XIX para convertirse en vecindad. En ella vivió José Agustín Arrieta, el pintor costumbrista más afamado de México; razón del nombre del inmueble, destinado por la extinta Secretaria de Cultura para albergar el Museo Vivo de Arte “Agustín Arrieta”. La casa, considerada por el INAH como monumento nacional, conserva detalles de la arquitectura poblana, sin tener la función de museo. Se encuentra cerrada y abandonada, pese a los trabajos de remodelación realizados en años anteriores. Alguna vez, sus habitaciones frontales fueron utilizadas por la cafetería Macondo. El interior luce notable deterioro, al igual que la fachada que ha sido profanada por algunos vándalos quienes plasmaron su huella personal con grafitis. Museo Amparo El Museo Amparo -localizado en 2 sur, esquina con 9 oriente- es una muestra del buen uso que puede darse al patrimonio arquitectónico, al estar compuesto por dos antiguos e importantes edificios virreinales. El primero llamado el Hospitalito, fue sede del antiguo hospital de Nuestra Señora de la Limpia Concepción y de San Juan de Letrán, fundado hacia 1534 como el primer hospital civil femenino de la ciudad. El otro edificio es una hermosa casa poblana del siglo XVIII, con fachada típica de ladrillos, que antiguamente fue depósito de mujeres casadas. El museo es una obra de varios años de realización y es parte de las acciones de orden cultural e histórico emprendidas por la Fundación Amparo, creada en 1979 por Manuel Espinoza Yglesias. Fundado en 1991, con el fin de promover la cultura mexicana con sistemas multimedia interactivos de alta tecnología, cuenta con una moderna y vasta museografía. Al ser uno de los principales atractivos de la ciudad, el Museo Amparo remodela sus instalaciones. Primeros cines de Puebla Ubicado sobre la 2 Poniente, el edificio alberga una tienda de telas; anteriormente fue sede de dos esplendorosos y enormes cines construidos sobre un antiguo convento de monjas dominicas. El gran Teatro de Variedades –el más grande de México en el siglo XX- se inauguró en 1908 con un costo de construcción de un cuarto de millón de pesos. Luego de un incendio en 1921 que casi lo destruye, fue reinaugurado en 1923 y rehabilitado como cine. El cine Coliseo –la sala de cine más famosa de la época en la ciudad- fue inaugurado en 1939 junto al Variedades, con una capacidad para 2 mil 500 personas y modernos equipos de proyección importados del extranjero. Ambos cines protagonizaron eventos trágicos producto de bromistas y universitarios inconformes. En 1988 ya existían veintisiete salas de cine en Puebla, por lo que el 21 de febrero de ese año fue el último día de vida del Variedades y el Coliseo. Tras algunas promesas gubernamentales de rehabilitarlos y volverlos a su esplendor, en 1997 fueron rentados a una empresa comercializadora de telas que ha mantenido las marquesinas y fachadas de los que fueron los primeros cines poblanos con más de 100 años de historia. Existen más inmuebles en el centro histórico de Puebla, que han ido perdiendo su integridad y desvirtuado su función en base a otros intereses, viendo lejanos los días de su esplendor.
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