Las fantasías de Román Andrade

Las fantasías de  Román Andrade
Las fantasías de Román Andrade

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** Con una obra inspirada en los sueños, Redacción Román Andrade Llaguno (San Juan del Estado Etla, Oaxaca, 1959) es pintor de sueños, de recuerdos y fantasías, que plasma el cotidiano ir y venir de un pueblo con sus tradiciones, costumbres y significados, además de una paleta multicolor de personajes que vuelan sin ningún obstáculo por el espacio, recreando objetos y animales que ahí están y permanecen siempre ocupando un lugar y evocando recuerdos que perduran en la mente de quien las ve. Así, árboles, casas, y no personajes, sino personas, llevan a quien aprecia un cuadro del oaxaqueño a un ambiente de familia, ese tema tan recurrente en su producción pictórica, con la que ahora participa en Black Coffee Gallery. Respecto a su obra, el artista explica que la intención es crear mensajes de los sucesos cotidianos, evocar recuerdos y rescatar valores familiares a través de todas aquellas cosas con las cuales el ser humano convive a diario, y aquellos valores fundamentales que hoy se están perdiendo. Al abundar sobre su oficio, el artista señala: "Román Andrade es un artista plástico soñador, que busca expresar sus ideas, plasmar su sentir y que hace esto porque es una actividad muy humana que, además, le gusta mucho y le divierte, porque el arte no se nos pega a determinada edad, sino que ya lo traemos". Con esa convicción, no duda en expresar las satisfacciones que su trabajo le ha dado a lo largo de más de tres décadas de trayectoria, y en asegurar que "si volviera a nacer, sería pintor de nuevo". En cuanto a la policromía de su paleta, el artista comenta que "los colores para eso están, para ocuparlos, para no limitarnos; quien limita los colores está cortando los matices". "Entonces soy un apasionado del color, porque creo que es lo que le imprime fuerza a la imagen, al personaje, al objeto y porque además, me permite expresar la alegría de disfrutar las cosas más hermosas de nuestra existencia", sostiene, y agrega que "si no hay color en el objeto, éste no habla. La ausencia de color, en mi opinión, vuelve la pieza fría". Cuestionado sobre su ubicación en el contexto de la plástica oaxaqueña, Andrade Llaguno ubica su trabajo en el realismo mágico, poético, "ese es el sello que tiene mi obra y eso la hace fácilmente identificable para quien conoce mi trabajo". Para Román Andrade, mirar a su alrededor es suficiente para que en su mente permanezca lo que vio y posteriormente dibujarlo, y en la tela de alguna manera dejar plasmado ese instante y no hacerlo de una forma narrativa, sino más bien con un sentido poético y fantástico.