Puebla, el sueño de una noche

La ciudad capital del estado, celebra el 481 aniversario de su fundación, en un territorio próspero que hoy tiene nuevos retos  Parte 1 de 3 Redacción Antes de la llegada de los españoles, Puebla era un valle al que pobladores nombraron Cuetlaxcoapan; de origen náhuatl etimológicamente formado por Cuetlax, piel y Coalt, víbora, que significa Lugar donde se curtían las pieles de víboras o En el arroyo de las curtidurías. La orden real En 1530, el presidente de la segunda Real Audiencia de México, don Sebastián Ramírez de Fuenleal le encargó a Fray Toribio de Benavente, conocido por los indígenas en la Nueva España como Motolinia desde la diócesis de Tlaxcala, buscar un nuevo lugar para fundar una ciudad. El cauce del río San Francisco y el cerro de San Cristóbal (actualmente cerro de Loreto y Guadalupe) determinaron los límites del nuevo territorio, cerca de ahí inició la construcción de una capilla, pero las condiciones climatológicas impidieron realizar su construcción, las lluvias torrenciales crecentaron el río y se decidió aplazar un año y cambiar la edificación hacia el oeste del Río. La leyenda En 1531, cuenta la leyenda que los Ángeles bajaron del cielo y señalaron al obispo de Tlaxcala, Julián Garcés, el sitio donde la ciudad debería de construirse, esto en un sueño en vísperas del día de San Miguel (el 28 de septiembre de 1530). Los ángeles lo llevaban a un hermoso lugar, un campo en medio del cual había un río y a los lados otros dos. El campo tenia hierbas, flores y manantiales de agua. También observó a dos ángeles que trazaban y delimitaban con cuerdas los límites de lo que sería la ciudad de Puebla. Al otro día se dirigió junto con un grupo de franciscanos a un lugar ubicado a cinco leguas (25 kilómetros aproximadamente) de Tlaxcala donde encontró el campo que había soñado, y fue aquí donde más tarde se fundaría Puebla. De esta leyenda surge el nombre de Puebla de los Ángeles. Algunas versiones oficiales indican que se necesitaba una ruta comercial entre Veracruz y la Ciudad de México, ubicación de la gran Tenochtitlán. Entonces se fundó una población entre el Puerto de Veracruz y la capital de la Nueva España, ya que estas tierras no habían sido otorgadas a algún español, mucho menos era territorio de los indígenas, aprovechándose que en el lugar no existía algún asentamiento prehispánico. Los títulos La ciudad de Puebla fue fundada con el nombre de Puebla de los Ángeles el 16 de abril de 1531. Mientras en 1558, le fue otorgado el nuevo título, Noble y Leal Ciudad de Puebla de Los Ángeles y en 1561, el título de Muy Noble y Leal Ciudad de Puebla de Los Ángeles. Para 1576, la ciudad recibe el título de Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Puebla de Los Ángeles. El presidente Benito Juárez otorga un nuevo nombre, Ciudad de Puebla de Zaragoza el 11 de septiembre de 1862, conmemorando al general Ignacio Zaragoza quien luchara contra la intervención francesa en los Cerros de Loreto y Guadalupe, el 5 de mayo de ese mismo año. Las primeras familias Las primeras familias poblanas surgieron a partir de Alonso Martín Biendicho, quien se hacía llamar Alonso Martín de Mafra, originario del Puerto de Palos, en los reinos de Castilla. Martín Biendicho se estableció en la recién Ciudad de los Ángeles en compañía de su esposa Leonor Rodríguez La Caballera y sus dos hijas, llamadas Ginesa Martín e Isabel González. Ginesa Martín se casó con el conquistador y encomendero de Totimehuacan Alonso Galeote, quien en de 1533 a 1548 fue cinco veces consecutivas presidente municipal; el mal uso de Ginesa hacia su fortuna hizo que perdiera la herencia de Alonso Martin. La segunda hija, Isabel González casó con el capitán y conquistador Gonzalo Díaz de Vargas, quienes crearían el linaje Díaz de Vargas familia de gran importancia en la historia de Puebla, de su descendencia vendrían sus progenitores Francisco Díaz Vellerino e Isabel de Vargas. Gonzalo Díaz, en 1523, como escudero participó en la conquista de los zapotecas, mijes y chontales, acompañó a Cortés en la expedición de las Hibueras y Honduras. En 1534 aparece como vecino, regidor y corregidor de Puebla ese mismo año casa con la hija de Alonso Martín Bendicho. En 1538, fue nombrado procurador de la ciudad y con tal representación viajó a España donde obtuvo de la reina Isabel de Portugal la provisión real que otorgaba escudo de armas a la recién fundada Ciudad de los Ángeles. En 1547 obtiene el nombramiento de justicia mayor de la ciudad de Puebla. También fue el primer alguacil mayor que tuvo la ciudad (1537-1558), oficio que continuara su hijo Francisco Díaz de Vargas (1558-1583) y el regidor Martín de Mafra Vargas (1559- 1604) y sus yernos, los regidores Juan de Formicedo, Antón Hidalgo y Bartolomé Rodríguez de Fuenlabrada, quienes controlarían la vida del cabildo poblano en sus primeros 50 años de vida civil.
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