Elena Poniatowska y El fisgón recordaron al escritor mexicano durante la presentación del libro Sansimonsi Vidal Pineda La reconocida escritora mexicana Elena Poniatowska señaló en esta ciudad, que al afamado cronista Carlos Monsiváis todavía no le tocaba morir “porque nos hacía falta horrible”. “Carlos murió antes de tiempo”, expresó la autora de La noche de Tlatelolco al dirigirse al público poblano que se dio cita en el patio de la Casa de Cultura, dónde se presentó Sansimonsi, libro de niños que escribió como biografía del escritor y que fue ilustrado por el caricaturista Rafael Barajas El fisgón, quien también estuvo en el acto. Ante un nutrido público caracterizado por la presencia de niños, entre ellos sus tres nietos y Natalia Toledo, hija de Francisco Toledo, también amigo de Monsiváis, la intelectual mexicana compartió algunas de las experiencias que tuvo con Carlos Monsiváis¸ quien el pasado 19 de junio cumplió tres años de fallecido. “Monsiváis era un muchacho con lentes de intelectual, muchos más gruesos de los que usó después. Andaba por las calles del centro, andaba por Bucareli, donde estaban todos los periódicos, andaba por la avenida Madero con su gran amigo José Emilio Pacheco, siempre estaban pegados. Carlos tenía mucho pelo, despeinado; José Emilio era alto, flaco, muy blanco, siempre muy pálido; se vestía de negro con una corbata negra, a tal grado que cuando tomaba un taxi, cuando se bajaba le decía el taxista: no me pague padrecito, deme la bendición”, expresó entre risas del público. Poniatowska recordó cuando Monsiváis y Pacheco fueron a dar al suplemento cultural México en la Cultura que hacía Fernando Benitez, ahí conocieron a Carlos Fuentes y José Luis Cuevas, otros dos grandes artistas. Cuando Benitez se cansó, les pasó la estafeta, narró la escritora. “Para mí conocerlos fue un tesoro, una gran alegría y un gran aprendizaje, porque sabían todo de México, sabían todo de la política y algo que no se dice con gran frecuencia, Monsiváis es un extraordinario crítico de la poesía. Él quiso ser poeta y de repente creo que se lo tragó la vida política de México, le dedicó tanto tiempo a leer los periódicos que finalmente dejó la poesía o pensó que no iba a ser lo suficientemente importante como lo fue como cronista, porque si hay un gran cronista de lo que sucede en nuestro país, ese es Carlos Monsiváis”, dijo Poniatowska, mientras daba paso a hablar sobre la fascinación del escritor hacia el coleccionismo. Monsiváis no supo calcular la gravedad de su enfisema pulmonar, recordó la escritora, quien explicó que el escritor vivirá en todos los libros que se le hagan. Una persona con súper poderes El fisgón, otro de los amigos del autor de Días de guardar, reconoció que hacer Sansimonsi fue toda una osadía porque “Carlos no se llevaba con los niños, él no fue niño, el creció con currículum, no se peleaba con los niños, se peleaba con los políticos, no hacía travesuras, hacía ensayos”. Era una de las personalidades más extraordinaria de México – agregó el caricaturista - era muy inteligente, tenía una memoria importante, sabía de cine, historia, política, fue un personaje extraordinario, una de las pocas personas con súper poderes, dotes fuera de lo común que usaba para el bien. El caricaturista, quien ilustró el texto de cinco cuartillas que hizo Poniatowska, resaltó la gran calidad narrativa que la escritora utilizó para la biografía, pues con sus letras hace ver al gran personaje importante que logró convertirse en el intelectual público para los mexicanos, cuya voz era autorizada para hablar de todo, por lo que es importante que nadie lo olvide, “en especial los niños”. El caricaturista y la escritora estuvieron acompañados por Ricardo Cruz, editor de Uache, casa editorial que los invitó a ser parte de esta aventura en la que a decir del también escritor Iván Ruiz, “está la pluma de Elena, la mano del fisgón y el espíritu de Monsiváis”. |