China Poblana, símbolo de identidad mexicana

Vivió 82 años, ni fue China ni fue Poblana; era una princesa del Gran Mongol que fue convertida en esclava y luego traída a Puebla  Agencias  Fajilla de raso de algodón, con blusa dorada de puntos de cruz, de colores o de hilos preciosos, con su rebozo cruzado sobre el pecho, falda no tan larga y bordada, y una belleza encantadora, esto caracterizó a la China poblana. Durante su estancia en Puebla sus trajes llamaron la atención de las mujeres del pueblo, quienes los copiaron, agregándoles el gusto indígena. Años más tarde, las fondas eran atendidas por muchachas que portaban ese atrevido y llamativo traje. Hoy en día su fama ha trascendido las fronteras y en el extranjero, junto con el varonil charro, se ha convertido en un símbolo de México. Historia Sus raíces son hindúes. La chinita se llamaba Mirra y había nacido princesa en las remotas tierras del Gran Mogol o Mogor, o sea la India. Así que aunque todos le decían china cariñosamente, porque así se usaba entonces decirle a la servidumbre femenina y joven, Mirra no era china sino de la India. Se cuenta que cuando tenía 8 años, Mirra fue secuestrada por unos piratas portugueses, sería en Portugal donde cambiarían su nombre a Catarina y posteriormente sería vendida a un comerciante que la trajo a México, por Acapulco. Cuando llego a Puebla, un matrimonio poblano no tenía hijos y compraron a la chinita para adoptarla como hija, aunque continúo como esclava. Así, quedó en casa de los Sosa entre ahijada y sierva. Mirra era bella, aprendió con sus padres adoptivos a hablar el español, a cocinar, a hacer labores de aguja y recibió la educación de las Madres Clarisas de San Agustín. Fue bautizada como Catarina de San Juan y por haber llegado en la mal llamada Nao de China (Que partía de Filipinas), pasó a ser China por decreto popular. Catarina se hizo muy popular por su belleza y manera muy peculiar de vestir, a la usanza hindú. Cuando salía a la calle siempre llevaba un manto que le cubría la cabeza y parte de la cara y doblándolo de mil formas distintas, como el sari de las mujeres en la India. Desde esta época, Catarina gozó de la piadosa estimación de buena parte de la sociedad poblana y contó con el apoyo de la prestigiada Compañía de Jesús así como con la de otros clérigos. Don Miguel Sosa murió en diciembre de 1624 y en su testamento dio la libertad a Catarina quien se quedó, propiamente, en la calle. La recogió el clérigo Pedro Suárez y vivió en la pobreza haciendo vida ascética y siempre vestida con su tradicional indumentaria. Catarina vivió 82 años y murió el 5 de enero de 1688. La muchedumbre asistió a su entierro, actualmente hay un monumento a la China poblana en Puebla. Vestimenta El traje típico resalta valores mexicanos, ha sido llamado como un himno nacional “portable”. Con sus colores, símbolos y accesorios representa de manera orgullosa a un país diverso. El traje está compuesto por una falda bordada con lentejuelas que simula el águila nacional, que a su vez representa el valor de los mexicanos para sobreponerse a los problemas; una blusa con bordados alusivos a la cultura indígena, un reboso que hace alusión a la identidad mexicana antes del mestizaje, distintos colores que representan la diversidad natural y una fajilla a la altura de la cintura que da unión y cohesión a todos los elementos. Los colores verde, blanco y rojo en el traje se comenzaron utilizar después de la Independencia de México. Curiosidades
  • Era una princesa del Gran Mongol que fue convertida en esclava, llevada de Mongolia a Turquía y después a Manila, Filipinas.
  • Fue comprada en el mercado de esclavos por un portugués que tenía el encargo de un capitán llamado Miguel de Sossa que adquiriera una mujer oriental pues quería una chinita en su casa para que sirviera e hiciera compañía a su esposa.
  • Llegó a Puebla el día 15 de enero de 1619.
  • Bordó con lentejuelas toda una constelación de vestidos rutilantes, con lo cual inventó el llamado Traje de China Poblana, convirtiéndose en símbolo de una ciudad.
Monumento El modelo con incrustaciones de talavera fue colocado sobre una fuente de 30 metros de diámetro y 12 de altura, que se sitúa en la intersección entre el Bulevar Héroes del 5 de mayo y la Diagonal Defensores de la República. Se dice que la vestimenta de la China Poblana fue inspirada en la usanza propia del personaje real, al resaltar los colores verde, blanco y rojo.
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