El artista cubano Carlos Luna, quien vivió 11 años en Puebla, presentará en junio más de 50 piezas en el Frost Art Museum; grabado en acero, textiles y cerámica, entre sus técnicas Mónica DELGADO  Considerado como uno de los principales artistas gráficos de Latinoamérica, el creador Carlos Luna presentará en junio su exposición titulada Green Machine (Máquina Verde), en Miami, Florida, en el Frost Art Museum, la cual incluirá trabajos de talavera, grabado en acero y en textiles. “Son cerca de 50 piezas, pero algunas de ellas están conformadas por muchas piezas a la vez”, aseguró el creador al poner como ejemplo una de sus obras realizadas “a base de 100 comales de talavera que en conjunto son una sola”, como un homenaje a Puebla y sus artesanías. “Me enfoqué en que mi discurso sea el mostrar mis intereses como humano y dejar un legado de mi periodo de vida gracias a la estética, pero que siempre fuera de los intereses de la moda del arte”, resumió Luna como el propósito de su arte, el cual realizó durante 11 años en la ciudad de Puebla. En la exposición se podrá ver parte del trabajo de Luna dedicado al tejido, donde bajo la técnica del tapiz gobelino, la cual consiste en plasmar imágenes de gran colorido con el uso de telares, el artista afirma: “En Magnolia Editions decidieron reinventar esa máquina (telar) y hacerla trabajar con un algoritmo de computación para que sea capaz de leer e interpretar una cantidad infinita de colores”, dice al respecto del taller donde sus pinturas son plasmadas en los gobelinos de hasta 6 metros cuadrados. Un acercamiento al artesano Al hacer uso de talavera y telares, el artista cubano se considera cercano a la labor de un artesano, sin embargo, lo inédito y exclusivo de cada una de sus obras lo distinguen como un artista gráfico. “Todo artista es un gran artesano de lo que hace, pues se repiten trucos, soluciones y materiales, lo que lo hace diferente es que se repiten esos procesos en función de una idea y no al revés”, afirmó. Asimismo, Luna se dijo desinteresado por el uso de máquinas para realizar su propuesta artística, pues teme que se convierta en un proceso industrial. En este sentido, aclaró que se ha comprometido en entender el funcionamiento del telar para integrar innovaciones y distintos métodos al momento de crear imágenes. Encontrar lo cotidiano Por este motivo, el interés por hallar nuevas técnicas de expresión permitió que Green Machine muestre “placas de acero tratadas con distintos ácidos y láser para lograr texturas y colores. Es experimentar, como los niños al jugar, qué sorpresas, qué puede aparecer y de eso qué se puede tomar y qué no”, explicó Luna. La exposición incluirá El gran mambo y Dale, dale, huye; que contrastan la constante experimentación y evolución de Carlos Luna reflejadas en Green Machine. “La iconografía que hay en esos cuadros es lo que quise llevar a otro nivel”, confesó al explicar la inclusión de esos primeros trabajos reconocidos. “No lo llamaría como un alarde, sino un despliegue de mis habilidades para confrontar temas que me atañen tanto en la política, en la sociedad y en la estética; donde hablo del proceso creativo in situ”, justificó el pintor, quien finalizó: “Tengo la tesis de que es la cultura popular la columna vertebral de cualquier expresión culta”. |