La agrupación Libitum Jazz reinterpreta temas de Tchaikovsky, Bach y el compositor mexicano Blas Galindo Mónica DELGADO  El reto de combinar música clásica y popular con jazz en busca de un estilo novedoso de interpretación es lo que llevó a cinco músicos a reunirse bajo el nombre de Libitum Jazz, quienes a la par de las presentaciones alistan su primer trabajo discográfico con el fin de plasmar sus propias versiones. “Ya planeamos la grabación de un disco que esperamos a finales de este año esté listo”, afirmó su director José Martín Báez Jiménez, quien aseguró que debido al constante trabajo de ensayo, la agrupación ya cuenta “con suficiente repertorio como para hacer dos”, pero prefieren que “la idea es terminar bien uno con una gran variación de estilos de jazz entre los temas que incluyan” y con ello llegar a más personas con su propuesta musical. Temas clásicos de Johann Sebastian Bach, Isaac Albeniz o George Gershwin, son reinterpretados y arreglados para el género del jazz por parte de la agrupación egresada en la Escuela de Artes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quienes buscan atraer de ese modo a un público más diverso “ya sea por su gusto al jazz, la música clásica o la popular”, señaló Báez Jiménez. El quinteto integrado por los músicos Lourdes Martínez Munive (voz y percusiones), Cristhian Rosete Machorro (flauta transversal), Giovanni Herrera Salinas (piano), Samuel Orospe del Ángel (percusiones) y José Martín Báez Jiménez (guitarras, trombón y dirección); se ha planteado como objetivo: “Crear novedosas fusiones que los espectadores disfruten por la calidad interpretativa”, señaló Báez. Por su parte, la soprano de Libitum Jazz, explicó que en lo creativo se lleva a cabo de manera colectiva. “Cada quien hace aportaciones como sucede con Samuel que sugiere ritmos y de esa manera, cada uno de nosotros damos un aporte para conformar la estructura de cada canción”, afirmó. Nueva propuesta El repertorio está integrado por una gran variedad de temas de diferentes “compositores que dejaron su legado desde el tiempo del barroco en el siglo 17, hasta nuestros días”, aseguró el también trombonista. Orospe subrayó que en la propuesta que presentan “no hay distinción de niveles de música, ya que la validez reside en el fenómeno de creación”, pues como músico se dijo convencido de no poder comparar “la música tradicional cubana con las composiciones de Mozart”, de lo que expresó: “No es que una sea mejor que la otra, sin embargo, cada una tiene sus detalles de complejidad o majestuosidad”. Asimismo y sin alejarse de su ejemplo, piensa que ambos estilos “son igual de accesibles para el público, siempre y cuando tenga la costumbre de escucharlos”. De lo anterior, el percusionista comentó que “más que combinar estilos para que la gente lo entienda o disfrute, es el reto de combinar dos estilos muy diferentes entre sí”, tal como sucede en su caso como percusionista, donde hace uso de instrumentos musicales llegados de Oriente para sonorizar temas escritos en el Occidente. “Al final, conviven de una manera armónica y ambas generan una nueva música”. |