La artista había alquilado un bote con su hijo de 4 años, quien fue encontrado en la embarcación ileso.
La actriz estadounidense Naya Rivera, de origen puertorriqueño y una de las caras más reconocidas de la serie de televisión Glee, lleva desaparecida desde la tarde del miércoles tras caer al agua en un lago cercano a Los Ángeles, indicaron las autoridades. La policía de Ventura, un condado al norte de la ciudad californiana, ha interrumpido hasta la mañana del jueves las labores de búsqueda y rescate de la actriz, que comenzaron tras recibir una llamada de emergencia horas después de que alquilara una embarcación de recreo junto a su hijo en el Lago Piru. En conferencia de prensa, el sheriff de Ventura, Eric Buschow, declaró que no hay indicios de algún crimen y que por ahora se presume que Rivera se habría ahogado. De acuerdo con medios de comunicación locales, los pasajeros de un segundo bote encontraron al hijo de Rivera, de 4 años, solo y dormido en el barco con un chaleco salvavidas. Al parecer, el menor estaba ileso y comentó a las autoridades que salió a nadar con su madre pero ella nunca regresó. En la embarcación alquilada se localizó un segundo chaleco salvavidas para adultos sin utilizar, según los primeros reportes. A pesar de utilizar helicópteros, drones y equipos de buceo, los equipos de rescate no han conseguido dar con el paradero de Rivera en el Lago Piru, una reserva de 500 hectáreas, y continuarán con la búsqueda el día de hoy. Rivera es muy conocida por su papel como Santana López en la popular serie musical Glee (2009-2015), y también ha figurado en los créditos del show televisivo Devious Maids y del filme de terror At the Devil’s Door (2014). Agencias| Rivera comenzó a actuar a los cuatros años de edad en la comedia de la CBS The Royal Family e hizo apariciones especiales en varios programas, incluidos El Príncipe del rap, Cosas de casa y Guardianes de la bahía. En junio, Naya Rivera, que interpretó a Santana Lopez en Glee, declaró que trabajar con Lea Michele fue un “verdadero infierno”. En su autobiografía Sorry, Not Sorry: Dreams, Mistakes & Growing Up ya narraba que la relación con su compañera se terminó cuando su personaje empezó a cobrar más protagonismo: “Pronto ella comenzó a ignorarme, y con el tiempo llegó a tal punto que no me dirigía la palabra. Lea y yo definitivamente no éramos los mejores amigas”.
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