Migración, preocupación vital de Beatriz Meyer

La autora de "El mundo de aquí", la primera poblana en ganar el premio, conversó en entrevista acerca de su cuento "El tercer día"

"Necesitamos regresar a contarnos historias", sugirió la escritora Beatriz Meyer, poblana por adopción y que recientemente ganó el Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés. "Ser escritor es poco llamativo, uno no lucirá en sociedad así que hay que irlo asumiendo y lo que resta es encerrarse a escribir y corregir todo el tiempo que se pueda", agregó en entrevista para El Popular, diario Imparcial de Puebla. La escritora es la primera poblana que gana el premio convocado por la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de Puebla, algunos autores que lo han ganado anteriormente son los argentinos Oliverio Coelho y Agustina María Bazterrica;los mexicanos Luis Felipe Lomelí y Alejandro Paniagua, entre muchos más.

 

¿Qué significado tiene para ti el Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés?

 

Es un deseo para los cuentistas, una especie de Santo Grial, es un concurso muy ambicionado porque es un sólo cuento y refleja el sentir de Latinoamérica respecto de sí misma y también de la creación literaria, creo que el cuento refleja de manera instantánea eso, en el caso de la creación, ésta va de la mano de preocupaciones sociales y políticas, creo que más que ningún otro concurso, me atrevería a decir que de Latinoamérica, éste sí refleja el sentir, hemos visto que a lo largo de casi 50 años el concurso ha recorrido dictaduras, pasajes de gran turbulencia política y social, guerrillas y narcotráfico.

 

Si no recuerdo mal, me parece que hace algunos años se hizo una antología de los ganadores del premio que refleja esto que dice

Claro, primeramente una de 10 años, luego otra que abarcaría los años 1974 a 2001 y la última de 2001 en adelante que es posible conseguir en Profética, y estos libros lo que hacen es mostrar cómo se fue infiltrando la violencia social, la violencia del narcotráfico, este sistema de relaciones con las que estamos aprendiendo a lidiar, es muy interesante y además nos da una radiografía del estado del cuento en Latinoamérica.

 

¿De dónde surge la idea del cuento ganador El tercer día?

 

Del tema de la migración, siempre me ha llamado, es una preocupación personal, pero al mismo tiempo el tema del desierto me atrae muchísimo, anteriormente he trabajado algunos cuentos que están situados en ese contexto, que implica para mí un símbolo, yo misma fui migrante un tiempo y me parece que esa parte de sentirse ajeno en un mundo hostil es algo que me llama la atención, conozco mucha gente que se ha ido y que ha regresado con historias verdaderamente terribles algunas de éxito y otras de absoluta derrota, de persecución, de abusos, entonces esa parte a mí me llama la atención.

Yo tenía una idea desde hace años, la trabajaba y trabajaba en mi cabeza, no puedo sentarme a escribir si no tengo la historia completa, y no terminaba, de pronto, llegó Donald Trump a la presidencia, porque sigo muy de cerca las noticias respecto de sus andanzas, entonces hizo clic, así que tuve que cambiar la perspectiva porque lo estaba abordando del lado de los migrantes y lo cambié hacia los gringos; es decir, a los que se sienten invadidos, dueños del territorio, pero también de esas vidas, de esas almas que ingresan sin permiso en sus tierras, así que me senté a escribir, lo corregí y el día del cierre de la convocatoria lo llevé y lo entregué.

 

A propósito de la perspectiva que, me parece, es una de las cuestiones que más preocupan al narrador, desde dónde cuento, está narrado en tercera persona, lo que permite una visión ajena, colocarse en el lugar del otro, aquello que uno no es, ¿cómo te aproximas a narrar?

 

Tengo muchos amigos en Texas, conozco la idiosincrasia, el sentir, he viajado mucho allá, entonces puedo aproximarme a esa especie de indefensión que sienten, la incertidumbre que crea esa frontera que parece ir arrinconándolos, obviamente es una percepción con la que no estoy de acuerdo pero que es así. Dije, ese es el modo.

 

¿Qué es lo que ahí se cuenta?

 

Un hombre que llevaba tres días mirando a una chica, la descubre al salir de un cuarto de trebejos que tiene en un rancho derruido, ella sale a lavarse en la pila de agua de los caballos, se trata de un rancho en apariencia abandonado, él la ve desde su ventana y la encuentra muy guapa, la chica se desviste para asearse; él es un hombre viudo y mayor, sus únicas perspectivas en la vida son ir a jugar dominó en la cantina y pertenece a una cofradía que le ha ayudado con dinero ya que les alquila sus tierras, únicamente ese hecho ya lo hizo parte de la cofradía aunque no comparte del todo su manera de actuar, entonces él decide no meterse. Pero la imagen de la mujer aseándose al sol tan sola le hace pensar y bueno, cómo logró atravesar el desierto entre tanto peligro, la deshidratación, los cazadores furtivos, y cómo hizo para llegar acá, él lo encuentra como una especie de señal y eso lo tiene inquieto, así que va a jugar dominó y le comparte a su mejor amigo, que es un médico, la visita inesperada de la mujer en su casa, así que el médico lo cuestiona, así que le cuenta acerca de la mexicana, el amigo le comenta que ellas no son mujeres, lo interroga acerca de qué hará con ella, por lo tanto lo coloca en un dilema que tiene que resolver. Ése día se inicia la temporada de caza y la cofradía en realidad es un grupo de cazadores de inmigrantes y el personaje principal les alquilaba sus tierras que eran de cultivo para realizar sus acciones, por lo tanto, la chica se encuentra en peligro y bueno la ve tan vulnerable, tan sola, así que recuerda su mirada y piensa que ella está ahí simplemente sobreviviendo. Finalmente en la noche, que es la de la cacería, justo el tercer día, él quiere huir con ella.

 

¿Cómo consideras el estado de salud del cuento?

 

Extraordinariamente buena, vigorosa y de evolución gracias a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las redes sociales, es un género mimético, se adapta, crece o decrece de acuerdo a las circunstancias. Yo creo que es el género del siglo XXI porque finalmente la brevedad y la inmediatez son las constantes de nuestra vida, queremos respuestas rápidas y queremos historias instantáneas, eso es lo que nos proporciona el cuento, un género que siempre ha sido joven, y que obviamente tiene la capacidad de comunicar historias, creo que el corazón de este género es la historia.

 

¿Hacia dónde te inclinas, con respecto a las dos grandes tradiciones del cuento Antón Chéjov o Edgar Allan Poe?

 

Creo que en cuanto a las técnicas cuentísticas es Chéjov, y por supuesto, la sensibilidad de lo humano, el corazón del conflicto humano, por otra lado, Poe es el rey de las tinieblas es el que nos da la mano para llevarnos al inframundo, Poe es un gusto adquirido, actualmente su estilo decimonónico de pronto nos puede abrumar, nos lleva a atmósferas que son totalmente ajenas, pero creo que Poe es imprescindible para el cuentista que quiere aprender ese shock, ese knockout del que nos hablaba Julio Cortázar en el lector, cómo crea el suspenso, Poe es un maestro.

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