Desentrañan la narrativa fantástica
Alberto Chimal realizó un recorrido histórico desde Platón hasta la actualidad con la literatura de imaginación
"La imaginación fantástica es más grande que su nombre", mencionó Alberto Chimal durante la conferencia magistral La Imaginación en México que ofreció el pasado viernes en el auditorio "Luis Villoro" de la Casa del Pueblo, presentación que culminó la semana del taller de literatura fantástica que impartió, ya que lo fantástico aparece en obras de gran variedad estilística, no se limita a los géneros comerciales y puede reflejar de diferentes maneras la realidad social y política. El autor hizo un recorrido histórico y geográfico del término, desde sus albores en El Sofista de Platón, pasando por los autores románticos, la narrativa de ficción de los países europeos como las manifestaciones más comúnmente reconocidas en lo contemporáneo, su estancia en el mercado de la literatura comercial, hasta llegar a él dentro de la literatura mexicana y culminar con el término "literatura de imaginación", acuñado por él. Durante la conferencia, Chimal comentó que existen prejuicios en la narrativa fantástica, pues el término en la actualidad está velado por una serie de acontecimientos históricos que van desde los elementos de exclusión, de marginalidad, la idea de que es una literatura importada que tiene que venir de un país europeo, la noción de que es una narrativa para niños, hasta las formas en que esa narrativa minimiza o endulza el discurso colonialista para justificar una serie de acciones políticas de guerra, genocidio, machismo o racismo. La confusión en el término surge a partir del éxito que tuvo la narrativa de fantasía o narrativa épica con algunos títulos como El Señor de los Anillos o Harry Potter, pues ella provocó que el mercado editorial buscara comercializar este tipo de novelas y explotar un "subgénero" mediante una producción constante de volúmenes que creó necesidad a los lectores por ellas, por lo que el término se vio secuestrado y reducido a categorizarlas sólo a ellas. Dijo que se cree que este género literario se refiere sólo a aquellas historias que retoman personajes como magos, orcos, elfos, dragones o a imágenes que responden a la iconografía medieval, como en el caso del género épico; en contraste, la mayoría de la literatura fantástica no retoma personajes de este tipo. Comentó que un elemento importante para reflexionar sobre el tema es que algunos discursos de la narrativa de ficción están hechos a partir de contexto de los países europeos y su modo de pensar y sus relaciones sociales y políticas no encajan con el contexto social y político mexicano. El término "literatura de imaginación" propone que la imaginación fantástica pueda ser un elemento de más discursos variados y complejos, y propone más allá de lo imposible y lo irreal inaceptable. "La imaginación fantástica es de alguna forma una vía para que se manifieste en el texto, en nuestra conversación, en nuestro pensamiento, partes muy importantes de nuestra propia vida interior, no sólo como sociedades, sino como culturas", mencionó, porque la imaginación fantástica también sirve para reflejar la realidad social y política. Como ejemplos mexicanos mencionó Primero sueño de Sor Juana Inés de la Cruz y Pedro Páramo de Juan Rulfo, además mencionó que la experiencia de lo fantástico está presente en México no sólo en literatura sino también en comics como Themountainwithteeth de Alejandra Elena Gámez, El instante amarillo de Bernardo Fernández o en la serie de Francisco Haghenbeck El diablo me obligó, la cual será adaptada por Netflix. Algunos de los textos actuales de este tipo de narrativa a los que se puede acercar es La otra noche de Tlatelolco de Bernardo Esquinca, Indocumentado de Édgar Omar Avilés y Combatir al pecado de Fernando Jiménez.
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