Alberto Chimal, contra la uniformidad imperante

El autor conversó acerca de la literatura en Latinoamérica, sobre las redes sociales y la influencia de éstas en las próximas elecciones

Alberto Chimal, contra la uniformidad imperante
Karen ROJAS | La novela La torre y el jardín fue finalista en el prestigioso Premio Rómulo Gallegos 2013. Alberto Chimal, contra la uniformidad imperante

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El escritor Alberto Chimal aseguró en entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla que "el término literatura fantástica en estos tiempos ha acabado siendo como secuestrado por las grandes empresas de medios de origen anglosajón para promover un tipo de historias muy específicas y muy acotadas, en este sentido, se trata de llamar la atención sobre este hecho y señalar que además la literatura de la imaginación se está haciendo desde situaciones que son mucho más cercanas para los latinoamericanos". A decir del autor de Gente de mundo, referirse a esta literatura "es decir que estamos interesados en utilizar la imaginación fantástica, creativa del lenguaje para enunciar aquello que está más allá de la realidad directamente observable".

 

¿Cómo decides ser escritor, si tienes algún recuerdo, el germen de tu escritura?

?Yo descubrí que existían los escritores a muy temprana edad, algunas lecturas de la infancia, las cuales encontré en casa de mi mamá, mencionaban que había gente que construía esos textos y por alguna razón la casualidad de encontrar esas lecturas, me fui interesando por esa noción. Había libros donde se describía, incluso, cómo aquellos autores comenzaron a escribir, desde un texto autobiográfico de Isaac Asimov hasta uno de Juan José Arreola que se llama De memoria y olvido, y en ambos se describe ese proceso de escritura, al descubrirlos supe que era algo muy interesante, al menos eso creo haberlo pensado y ya el resto fue practicar durante muchos años. Yo quería hacer algún tipo de narración desde finales de la escuela primaria, a los 12 años, quizá y me costó muchísimo trabajo siquiera comenzar a hacerlo, pero desde entonces estaba ese impulso esa intención que, digamos no es que estuviera obsesionado con eso a todas horas, pero es algo que no me dejaba.

 

Me gustaría que habláramos acerca del tipo de literatura no realista, ¿cómo definirías la literatura de la imaginación?

?El nombre es una invención, y no es más que el intento de llamar la atención a ciertas manera de escribir, que en efecto no tiene que ver con la narrativa esencialmente realista y tampoco tiene que ver con lo que en la actualidad se llama literatura fantástica, lo que quiero decir, es que a mí me interesa la denominación de lo fantástico desde mis primeras lecturas y me tocó pasar mis primeros años de formación cuando había una noción de ésta bastante amplia, que estaba jalonada por autores como Borges, García Márquez, Felisberto Hernández, Amparo Dávila, Francisco Tario, autores para los cuales lo que podríamos llamar la literatura fantástica, el recurso de imaginar e inventar más allá de las convenciones del realismo, se podía realizar de diversas maneras; sin embargo, en años recientes, el término literatura fantástica acaba siendo como secuestrado por las grandes empresas de medios de origen anglosajón para promover un tipo de historias muy específicas y muy acotadas, ahora muchas personas creen que literatura fantástica es Game of thrones, y no pasan de ahí, las derivaciones de la fantasía épica al estilo de George R R Martin, de Tolkien, se han comido el nombre. Muchas personas en la actualidad estamos interesados como en buscarle otro espacio al mecanismo que no tenga que pasar por ahí, no sólo porque a lo mejor no nos interesa escribir de magos con gorros puntiagudos y dragones voladores, sino porque además la lucha o el enfrentamiento con estos gigantes mediáticos es una batalla perdida, jamás vamos a tener el dinero que tiene HBO…es una de las desgracias de la asimetría de la globalización que, a pesar del nombre, acaba siendo un proceso de imposición cultural de los países avanzados por encima de todos los demás. Decir literatura de la imaginación es decir que estamos interesados en utilizar la imaginación fantástica, creativa del lenguaje para enunciar aquello que está más allá de la realidad directamente observable. Se trata de hacer un llamado sobre estas posibilidades narrativas, de hecho ya se están manifestando muy claramente en la obra de autores mexicanos e hispanoamericanos actuales, desde Mariana Enriquez en Argentina hasta Daniela Tarazona, Verónica Murguía y Bernardo Esquina en México, en este momento, lo que en otro tiempo se llamó lo fantástico, está teniendo una serie de obras de lo más interesante, que quizá pasan inadvertida, quizá no se entienden, digamos de la manera en que podrían entenderse porque las estamos viendo a través de un filtro inadecuado que es el de una denominación que ya está desvirtuada, buscamos llamar la atención sobre este hecho y señalar que además se está haciendo desde situaciones que nos son mucho más cercanas.

 

A propósito de esto, tienes un libro ,Gente de mundo, que es un diálogo que planteas con Italo Calvino, ¿de dónde surgió la idea de escribirlo?

?Bueno, por supuesto que sí, tiene mucho que ver con Las ciudades invisibles de Calvino y tiene que ver con cierto modo de contar que en un momento dado, para mí que me formé sobre todo a partir del cuento, me resulta muy próximo aunque con los años descubro que para muchos colegas es más bien remoto ese modo de bestiario, de catálogo, de enumeración; yo me lo encontré no sólo en Calvino, lo vi en El libro de los seres imaginados de Borges, en el Bestiario de Juan José Arreola, por ejemplo, también en Palindroma de Arreola, El libro de la imaginación de Edmundo Valadés, me parece que fue un encuentro muy natural, para otras personas quizá no lo ha sido tanto, me parece asombroso ese azar de la formación lectora, a mí me resulta muy cercano, muy natural el trabajar de esta manera, crear estas series, estos catálogos, estas especies de estructuras rizomáticas, como redes de textos interconectados. Cuando Italo Calvino escribe sus famosas Seis propuestas para el próximo milenio, que son cinco, para mí la más importante es la de la multiplicidad, porque eso es lo que está contenido en ese tipo de estructuras, donde los textos se expanden, se desdoblan, se hablan unos con otros.

 

Además de este tipo de conversatorio narrativo, tienes un libro muy interesante también Historia Siniestra que me parece muy actual.

?Ese libro se construye de dos relatos fragmentados, de mini textos que componen el libro, el segundo es un proyecto que hice para un festival virtual que hizo la propia compañía de Twitter que se llamaba Twitterfiction, le interesaba promover usos literarios de la plataforma y este festival lo organizaban con presentaciones en vivo Nueva York durante algunos años, el grueso de sus invitados eran autores norteamericanos que trabajaban a través de una estructura comercial (agentes, librerías) y que casi invariablemente lo que hacían era o la escritura aforística o al relato convencional nada más que fragmentado, eso es algo que Francisco Hinojosa ya hacía en los años 80; a mí me interesaba ir un poco más allá del arreglo formal de los textos, tratar de explorar la plataforma para enlazar, encadenar, crear bifurcaciones. Uno de estos trabajos es el texto 'Día común' que juega con la noción de cómo se tocan en las redes la imagen y el texto, cómo se comentan unos con otros y cómo, a veces, el sentido de uno de esos medios está subordinado al contexto que se le provee desde afuera, las imágenes de ese texto incluido en Historia siniestra son anodinas pero se convierten en otra cosa en virtud del texto que las acompaña.

El otro momento del libro es 'Ciudad X', un texto que se publicó durante un sólo día en 2014, es un texto que preparé con anterioridad porque no es sólo una ocurrencia sino un texto político que tiene está engendrado por el malestar generalizado que se vivía en aquel tiempo a causa de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, se trata de eso, los estudiantes no son mencionados explícitamente pero el número 43 aparece, el texto apunta a una especie de catástrofe desde una cuenta regresiva pues es, para mí al menos, la expresión de lo que se vivía, sintiendo que se asistía al derrumbe del Estado nación mexicano. Y por desgracia, lo que constato con el tiempo es que seguimos en lo mismo, el territorio ya está en un estado más grave de descomposición y las varias imágenes que se conjugan en ese texto, se siguen repitiendo en la vida real, a mí me parece que era como una especia de texto en cierto modo, no una representación de las cosas pero sí un texto que representa esa catástrofe en cámara lenta.

 

A propósito de este tipo de plataformas y los tiempos que se empiezan a vivir en México, ¿cómo ves la importancia de las redes sociales en tiempos electorales?

?Creo que va a haber una gran influencia de estos medios y va a ser fundamentalmente perniciosa, que va a exacerbar la división, las posibilidades de violencia verbal, desgraciadamente no me queda ninguna duda de que eso es lo que va a suceder y de que el famoso tejido social va a recibir daños todavía más graves de los que recibió por lo menos en las dos últimas elecciones presidenciales la de 2006 que fue famosa por ese encono fomentado desde los medios y la de 2012 que estuvo marcada por este especie de movimiento de resistencia a través de las redes, por ejemplo los estudiantes de #Yosoy132. Creo que vamos a asistir a una exacerbación de estas fuerzas de conflicto, además de que la situación va a estar agravada porque la generación que tiene la posibilidad de votar por primera vez en estas elecciones es la que nace en el año 2000 y es una que ya se ha formado estrictamente con los medios digitales; ya estamos viendo lo que produce desgraciadamente el ascenso de las redes como empresas mercantiles que se llaman anacionales, desprovistas de nación y sin mayor interés que el de sacar más dinero en su balance y que han descubierto que pueden recurrir a la explotación del tiempo de sus usuarios para maximizar su ganancia y que se han dado cuenta de esto a través de fomentar información sensacionalista, superficial, que provoca esta especie de aislamiento, donde todos asistimos únicamente a la retroalimentación constante que repite y refuerza nuestra propia visión de las cosas y que fomenta el encono contra todos los demás.

 

¿Cuál ha sido tu aproximación a lo que sucede en la literatura poblana?

?Me parece que en tiempos recientes, aunque también en décadas anteriores, hay autores de la ciudad o que han venido a la ciudad que me han resultado cercanos o que han tenido una trascendencia más allá de la ciudad, y me ha tocado ver un poco de ese proceso, desde algunos autores que llegué a leer en los años ochenta, autores que se iniciaron en aquel concurso El Premio Puebla, hasta personas que he conocido con posterioridad desde Fernanda Melchor hasta Jaime Mesa que he visto cómo han desarrollado su obra y cómo se han dado a conocer nacional e internacionalmente. Me parece que no se dice tanto como se dice de Guadalajara, de Monterrey de o algunos otros lugares, pero de alguna manera Puebla tiene un núcleo interesante de proyección literaria, no diría que un movimiento porque no es eso, pero sí, por diferentes casualidades, diferentes procesos que vienen como a confluir en este espacio, pues hay una gran cantidad apreciable de escritores interesantes.

 

Alberto, podrías platicar acerca de estos proyectos que llevas a cabo desde hace algunos años y que sirven como plataforma de ayudar en la escritura de otros como lo son Las historias o #Escritura2018 que recién comienzas este años

-El sitio de www.lashistorias.com.mx apareció en 2005 cuando todavía estaban vigentes los sistemas de información llamados blogs, todavía era parte importante del uso cotidiano de muchas personas. Con anterioridad yo había hecho un par de blogs los comencé y les di fin, lo que yo estaba buscando un poco para experimentar con esa plataforma es que no fuera el uso convencional de entonces que era, en muchísimos casos, una especie de diario íntimo pero en público, algunos de ellos eran medio informes de escritura autoreflexiva y al final no decía gran cosa, eran como una especie de reflejo condicionado social de tenemos que decir algo y tenemos que decirlo en esta plataforma. Yo lo que quería era hacer una bitácora con los temas que me interesan, particularmente con la escritura y de ahí sale Las historias. Es un espacio que no me da un solo peso, jamás he querido monetizarlo o buscarle rentabilidad y creo que ha sido bueno en el sentido de que si me hubiese dejado llevar por el interés monetario pues el sitio se habría convertido en algo muy superficial como los agregadores de ahora, los sitios de noticias, sitios que cazanclics, como los de desinformación de Macedonia. El sitio de Las historias jamás se subordinó a la búsqueda de clics.

Por otra parte, el proyecto #Escritura lo iniciamos en 2016, desde el principio lo fuimos haciendo semanalmente, primero en Periscope y decidimos pasarlo al canal de YouTube, ahora estamos buscando de transmitir en varias plataformas de forma simultánea. El proyecto fue evolucionando por medio de prueba y error, el foco no estaba tan cerca a la escritura creativa y a la conversación en vivo, pero fue evolucionando, la idea de #Escritura2017 vino a darle cohesión, resulta que le fue útil a varias personas, hay gente que no sólo completó sus proyectos sino publicó libros o ganó premios, así que eso nos obliga a mantener la comunidad. Este espacio sirve para contrarrestar la uniformidad imperante, un modo de ofrecer alternativas, es una humildísima acción política.

 

¿Dónde sientes más cómoda tu pluma, en la novela o en el cuento?

-Yo creo que en el cuento, aunque por alguna razón en tiempos recientes he escrito novela, mucho tiempo estuve explorando las posibilidades de la red haciendo textos breves, quizá después de 5 años o 6 a la brevedad, me hacía falta como buscar otro aliento, otro ritmo.

Yo crecí leyendo cuentos, fue mi primer encuentro con la literatura.

 

Si existiera una especie de dicotomía en los cuentistas, ¿hacia dónde te inclinas más Antón Chéjov o Edgar Allan Poe?

-De más pequeño, en el inicio de mis lecturas yo era más Poeiano, digamos, en años recientes creo que ha habido más influencia de Chéjov, si vamos a establecer esa especie de dicotomía, también porque ciertos proyectos en los que me he embarcado han tratado de diversificar los recursos de los que dispongo. Por ejemplo, este año saldrá un libro de cuentos llamado Manos de lumbre en Páginas de Espuma, más o menos en septiembre u octubre, y ese un libro digamos con un índice muy diferente a otros libros anteriores, el índice de Gente de mundo son índices muy largos, en cambio éste es muy pequeño porque tiene únicamente 6 textos. Ninguno de los cuales mide menos de 12 páginas, son otro aliento, otro registro, y éstos al contrario de los de minificción, donde se trata de hacer la síntesis, en los últimos yo trabajaba con una especie de adhesión, les buscaba más detalles, los amplificaba, es un proceso muy distinto. Tal como lo siento, es más lejano a Poe, y mucho más cercano a Chéjov, sobre todo porque la parte para mí más potente en el ruso no es el echar rollo porque sí, lo que a mí me interesa es cómo crea resonancias en una estructura que permita hacer digresiones o describir un paisaje, pero siempre pensando en una serie de temas, de ideas esenciales que están a lo largo de todo el texto.