Óscar Alarcón: La literatura es de letras y no de géneros

Aseguró que Veintitrés y uno no toca las problemáticas de género, sino la escritura y la construcción de la obra de novelista y cuentistas

"Tenemos grandes referentes de escritores masculinos, pero están a la par las escritoras", afirma Óscar Alarcón, quien sin considerarse periodista, ha expuesto las voces de 23 mujeres escritoras en su más reciente publicación de entrevistas Veintitrés y uno.

El escritor y director de la colección Extra(e)ditados de la Dirección General de Publicaciones BUAP y docente en la misma institución, presenta su más reciente publicación Veintitrés y uno, publicado por Nitro Press.

Luego de que publicara Veintinuno -texto que compendia 20 entrevistas con escritores varones-, seis años después ve la luz este texto, un libro que hace el recorrido por las charlas que tuvo el también columnista de El Guajolote que Lee, en este periódico, con 23 escritoras, mostrando la diversidad de voces que existen en el país y de temas que ellas han tocado.

A pesar de que la primera parte de la dupla, que se escribió entre 2006 a 2012, contuvo charlas únicamente con varones sólo por "casualidad", en entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el autor de Polimastia señaló que ello habla del panorama que tenía la literatura mexicana en ese entonces, aunque despuntaban algunos nombres de escritoras. Este segundo redescubre las voces de mujeres que llevan ya tiempo en el quehacer de las letras y "que de manera cruel e injusta no las habíamos visto, no habíamos volteado a verlas".

Sin embargo, el también director de la revista electrónica Neotraba aseguró que no se trata de un texto que toque las problemáticas de género, y más bien acerca al trabajo escritural y la construcción de la obra de las autoras como novelistas, cuentistas, ensayistas o periodistas:

"Lo que tenía en común con el otro libro de escritores es abrir eso, cómo escriben, cuál es el proceso creativo que tienen, y por supuesto también después entender un proceso político de publicaciones".

A propósito de este segundo volumen, ¿qué te ofrece este género para abordar el trabajo de otros autores?

-Lo que me da como herramienta y para posibles textos a futuro es que la entrevista es la herramienta primigenia de la crónica. Ahora estoy trabajando un poco de crónica, dejando de lado la entrevista como género, pero a mí me divierte platicar con la gente, soy un tipo muy curioso, siempre estoy preguntando cosas y es algo que me agrada mucho, conocer la historia cotidiana, la historia de la vida de las entrevistadas y por supuesto conocer la parte literaria que tienen ellas como trabajo.

¿Qué tan complicado fue elegir la compilación de entrevistas?

-Tiene mucho que ver con mis lecturas personales, las lecturas que fui haciendo para establecer mis clases de poesía, cuento, novela, ensayo. Entonces, a chicas de las que yo había leído, dije me gustaría preguntarles esto; y muchas de ellas, aunque no lo saben, he utilizado su literatura para mis clases y la verdad es que ha funcionado bastante bien. Mi trabajo fue previo la lectura, profundizar en su trabajo literario y en la entrevista.

¿Cuál fue la entrevista que te costó más trabajo, ya sea por conseguirla o por el modo en que debías entrarle al tema del autor?

-Todas son chicas muy inteligentes, cada una de ellas tuvo su reto. Me parece que de las más difíciles, no quiere decir que ellas son difíciles sino que los temas lo fueron, fue la de Mónica Nepote, porque es una mujer muy inteligente. Tenía algunos meses que había dejado el fondo editorial Tierra Adentro y traía cantidad de información impresionante, fue muy complicado desde la perspectiva intelectual.

La de Fernanda Melchor es otra que más trabajo me costó. La entrevista fue dividida en dos partes: antes de que saliera Temporada de huracanes y después de que saliera, y ambas fueron muy rudas por los temas que toca; y creo que es como una especie de homenaje desde mi perspectiva, sobre el asesinato a las mujeres que es uno de los temas que tocamos con ella y que cuesta trabajo hablarlo porque en un momento sentí que cuando le pregunté: "Fer, ¿quién mata a las mujeres en México?", había sido ruda la pregunta pero es algo que también tienes que hacer, pero dio muy buena cara.

La cuestión de género es un tema que salta, se encuentra en boga. Al ser un texto de sólo mujeres, ¿cómo te sentiste al acercarte a ellas?

Hace seis años, cuando empecé a hacer el libro, no teníamos esta problemática y, decía yo, desafortunadamente. Esto no quiere decir ni que haya pasado con el libro, ni los movimientos feministas han cobrado fuerza por esto; más bien mi libro llega en un momento crucial, y aquí sí de casualidad, cuando ha venido creciendo la problemática del asesinato de mujeres como una bola de nieve gigantesca.

Lo primero que me planteo, cuando yo veía el contexto del país, es no hacer preguntas que tengan que ver con un sesgo de género. La primera pregunta que hice (sobre género) eso si es complicado escribir en México para una mujer; y las respuestas son variadas, la mayoría dice que no, otras que lo complicado es publicar; Ana Xilonen, que tenía 19 años en aquél entonces, dice: "No es complicado ni para hombres ni para mujeres escribir en México, lo complicado es tener 19 años y creer que los otros escritores están por encima de ti por el hecho de que tú sólo tienes 19. Eso habla no sólo de la problemática de las chicas sino también de los jóvenes.

¿Hacia dónde dirías que se dirige la literatura femenina?

-Yo creo que hacia la experimentación. Insistiría en tres voces, por supuesto las demás también, en la de Elma Correa, que es de Mexicali, esa voz experimental que no tiene nada que ver con aquello que llamamos 'literatura del norte'; la de Silvia Aguilar Zéleny; y la de Karen Villeda. Esas tres voces son mucho más experimentales que los demás, esto no quiere decir que las otras no sean buenas o que no tengan una voz literaria sólida.

El libro repasa la obra de, lo que podríamos llamar, una buena cartera de autoras y su oficio, la posición de su obra frente a la de los hombres, ¿con qué te quedas luego de este trabajo?

Me quedo con la idea de la literatura mexicana y su buena salud, que tenemos temas fundamentales que la literatura está tocando en este momento y que sin duda, sin demeritar ni poner la bandera de feminista, las mujeres tienen una voz distinta a la que tienen los hombres. Creo que tendríamos que voltear a ver el trabajo que están haciendo. Tenemos grandes referentes de escritores masculinos, pero están a la par las escritoras. Lo que me queda es que la literatura es de letras y no de géneros.

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