Julián Torres: El son jarocho goza de buena salud

El son jarocho nace del encuentro entre Europa y América, mezcla de culturas y de músicas de donde surge música tradicional y popular

"Si a fnales de los 70 se había lanzado el grito de: 'El son jarocho se está muriendo', a la actualidad no es así", goza de buena salud y es expresado y representado no sólo en las zonas rurales de México, sino en sus urbes e incluso ha traspasado fronteras, así lo asegura el músico y antropólogo Julián Torres Alonso, quien tiene una trayectoria de más de 20 años interpretando el estilo musical.

En conjunto con la también antropóloga Ro Hernández, dirige el grupo de son jarocho tradicional y contemporáneo Flor de Izote, con el cual investigan y difunden los cambios sociales que ha tenido el son jarocho fuera de los contextos rurales, y que se trabajan firmemente para seguir visibilizando y mostrando a través de un contexto histórico los cambios que conlleva el desarrollo de la tradición en los ambientes urbanos.

El son jarocho nace del encuentro entre Europa y América, mezcla de culturas y de músicas de donde surge lo que ahora se conoce como música tradicional y popular. Este estilo es parte de la historia de adaptación de la música europea y que ha sobrevivido durante todos estos años y que no solamente se ha mantenido, sino que también ha ido enriqueciéndose y continúa siendo parte de un mosaico cultural de formas de ver la vida, formas de vivir, de festejar y hasta de ver la muerte.

En entrevista con El Popular diario imparcial de Puebla, el par de especialistas indicaron que el son jarocho ha tenido la oportunidad de salir de su contexto y llegar no solamente a las ciudades o estados cercanos, sino que ha podido darle la vuelta al mundo, encontrando manifestaciones de esta expresión artística en Estados Unidos, Francia, Holanda, Japón o Australia:

"Si bien el aspecto cultural de cómo nace esta música en este encuentro que hubo entre Europa y América, eso que ha vivido de independencia, de la época colonial, de la Revolución, y todo este cambio tan vertiginoso en tiempo no solamente ha sido su proceso de adaptación, sino también su proceso de salida, que sirve de estandarte, no sólo al mexicano o al latinoamericano, sino a que la gente de otros países con otra cultura y otra forma de ver la vida, pueda agarrar esta música como un vehículo para decir algo", mencionó Julián Torres.

Así, hicieron un llamado a la sociedad para que consuma las exposiciones artísticas que ofrece tanto el estado como aquellas gestiones que hacen los artistas independientes.

"El motivo lo desconozco pero he oído muchas quejas; sin embargo, cuando están los espacios no hay asistencia", indicó Ro Hernández.

La expresión está conformada por dos partes, la música y la danza, ¿cómo se complementan?

-Justamente como es una fiesta, el son jarocho se traduce en el fandango, y como en toda celebración hay música y se baila. Aunque si bien los aspectos son para celebrar una boda, un bautizo o una fiesta patronal, lo importante es también la participación de toda la comunidad, algunos como músicos y otros como bailadores.

Estudian el fandango, originario de las zonas rurales, en las urbes, ¿podría decirse de algún modo que se ha banalizado o comercializado?

-Definitivamente la cultura se mueve, las manifestaciones culturales son precisamente ese movimiento que se da de la creatividad, de expresarse y de ver la vida y representarla. Entonces, sí tiene que haber un cambio, y si bien se tienen que dar y son inevitables, lo mejor que puede hacer uno es que ellos se den de manera consciente. Actualmente el son jarocho goza de una salud muy fuerte; si a finales de los 70 se había lanzado el grito de: "El son jarocho se está muriendo", a la actualidad no es así pero si hay un peligro que es la desinformación o este teléfono descompuesto que puede suceder con tanta información. Si bien el son jarocho tiene en las zonas rurales, en las rancherías, en los pueblos una forma social, es diferente en la ciudad. Entonces, estamos hablando de que esta fiesta del fandango tiene formas y momentos diferentes de verse y vivirse (...). Habría que respetarla y respetar todos los ambientes en que se desarrolla, sea rural, citadino o a través de un escenario.

¿Cuál sería la riqueza de este folklor mexicano que se retoma para ser expresado en otros países?

-Pienso que lo humilde, este aparentemente ser simple de esta música que la vuelve una música muy honesta, el que a través de esta música uno puede ser quien es de manera honesta es lo que invita a la gente que no solamente de la región y que no solamente sean mexicanos a mirar este género musical.

¿Cómo el mexicano podría ver la importancia de la tradición siendo que es valorada fuera del país?

-Tenemos la fortuna de vivir en un país que a nivel cultural es un muestrario, como mexicanos no solamente nos podemos sentir orgullosos del son jarocho sino de todo esto que tenemos al fin y al cabo forma una identidad. Así de importante es escuchar, apoyar, consumir, impulsarla (...). De igual manera la historia de la música latinoamericana es como una misma, Latinoamérica tiene una música que es hermanada, y aunque la hemos visto fragmentada, al final cuenta una historia muy similar. Si hay algo que nos puede hacer sentir orgullosos como mexicanos, es voltear a ver todo lo que tenemos como mexicanos y como latinoamericanos.

¿Cómo hacer para que más público se interese y dé valor a este tipo de expresiones?

-Es importante llamar a aquellos consumidores a la asistencia en todas las disciplinas artísticas donde hay ausencia de quorum. El motivo lo desconozco pero he oído muchas quejas, sin embargo cuando están los espacios no hay asistencia. Hay muchas políticas por parte del estado y mucha gestión por parte de los que realizamos esas actividades artísticas como la música o la danza.

Actualmente el grupo de son jarocho tradicional y contemporáneo Flor de Izote ofrece talleres de música y zapateado en el Foro Karuzo (11 Oriente número 218, Centro Histórico). En él se puede conocer el proceso histórico, dones de fandango, dones antiguos, e improvisación.

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