Necesidades de los niños, olvidadas

A los niños les están ocurriendo muchas cosa desde hace tiempo en las que el teatro tendría que ser su aliado

"La palabra política es una palabra que los políticos de carrera se han encargado de manosear tanto y de ensuciar tanto como para que nosotros ciudadanos de a pie digamos: '¡Ay no, política qué horror!', y la verdad la política tiene que ver con lo que acontece en la sociedad", indicó Verónica Maldonado a El Popular, diario imparcial de Puebla.

A los niños les están ocurriendo muchas cosa desde hace tiempo en las que el teatro tendría que ser su aliado, en ese sentido, dijo, se piensa un teatro político que se interese por lo que al niño le compete, le preocupa y le interesa. A pesar de que se pensaría que algunos temáticas en este tipo de teatro causaría escozor en los niños por ser "fuerte", termina causando más preocupación en los adultos pues, como afirma la dramaturga, "los niños saben de qué va la vida, se recuperan muy rápido y aprenden de la experiencia".

Sobre todo porque el teatro no es sólo un espectáculo de disfrute, esparcimiento y se evada de la realidad, sino que puede fungir como herramienta para que los niños tengan infancias felices y conscientes:

"El niño no necesita que el adulto piense por él ni sea fuerte por él, los niños tienen una duración inconmensurable (...). Es un asunto social crear niños felices porque esto repercute en lo que seamos".

Esta y otras acciones podrían consolidarse para reafirmar el rol del infante en la sociedad; por ejemplo, primer momento, exigir como sociedad que las leyes y convenciones internacionales dejen de ser letra muerta, también desde la escuela y la casa para que haya niños informados:

"Cómo puedo exigir derechos para los niños si los sigo golpeando en el interior del hogar, si sigo no escuchándolo y hacer que su palabra no cuente. ¿Qué clase de ciudadano va a ser un niño acostumbrado a que lo callen, que no opine porque no es importante, que tiene que quedar al final? Claro que va a repercutir más adelante".

En su texto, Maldonado confirma que el teatro para niños puede cambiar el propio punto de vista, y además "ha modificado, en mi hacer como autora, temáticas y estructuras, haciendo que transitara desde lo que llamo el teatro de la evasión hasta llegar al punto de pensar en la posibilidad de un teatro político específico para la infancia".

Charla

La idea de que los términos "teatro para niños" y "política" parecieran opuestos, la dramaturga mexicana Verónica Maldonado opina que las necesidades de los niños han sido ignoradas en el teatro que se escribe para la infancia.

El teatro infantil ha estado sumergidos en "ese mundo mágico al que solamente tienen acceso los colores, las hadas, los gnomos, la ecología, alguna bruja inocua y una que otra leyenda" -expone la escritora en la publicación de la revista de la UNAM de su conferencia Hacia un Teatro Político para la Infancia-, pues es lo que el adulto ha considerado lo más conveniente para las personas de esta edad; sin embargo, la también actriz, docente y directora, autora de títulos como El viaje de Ulises y Valentina y la sombra del diablo, ha considerado un buen número de cuestionamientos antes de asegurarlo:

"¿Qué tiene que ver el teatro infantil, ese inocente divertimento -formador de valores, útil herramienta pedagógica- con la política? ¿Por qué enfangar con esa palabra a tan inocente divertimento? ¿Para qué mover las aguas de los límites? (...) ¿O será que esta idea del teatro infantil, la que ha prevalecido por décadas, es la que el adulto ha sostenido como la más conveniente para la infancia? ¿Y los niños?, ¿y sus necesidades?, ¿y los principios fundamentales en los que se apoya la Convención mundial?", escribe.

Y así lo confirmó este fin de semana durante la exposición de esta misma conferencia en el marco de las celebraciones del XIII Aniversario del Foro Karuzo, ello con el fin de repensar lo que la política significa y cómo la infancia debiera verse involucrada en ella.

La ponencia, que se ofreció por primera vez en un coloquio de dramaturgos en Bogotá, Colombia hace cinco años, llevó a Maldonado, quien forma parte del Sistema Nacional de Creadores Fonca, a posicionarse y descubrir lo que quería decir, desde dónde y a quienes, para hablarle a los niños de aquellos temas que considera urgentes.

Ello resultó ser un tipo de manifiesto personal en el que la autora que cree el teatro que se destina para la infancia tendría que tener ciertas características generales.

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