Sólo 12 años tenía Gilberto cuando empezó a participar en el desfile del carnaval. Originario de Huejotzingo Puebla, a la fecha lleva 42 años saliendo con el personaje de suavo francés en los convites de huehues.

Él es el segundo eslabón en una cadena de cuatro generaciones dentro de su familia que pertenecen al Batallón Francés de Tercero y Cuarto Barrio. Alentado por su padre, desde su infancia empezó a sortear los retos que representa pertenece, a una de estas cuadrillas que preservan las tradiciones del país.

Era un grupo de seis amigos que comenzaron siendo tamborileros en el espectáculo. De niño salía a tocar el clarinete en las noches por las calles del pueblo, anunciando que se aproximaba el carnaval; luego comenzó a participar con un tambor prestado; y cuando tenía 16 años llegó la hora de asistir en forma, pero sin las posibilidades de tener un traje, evidentemente no podía participar.

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Fue entonces que su madre y su tía echaron mano para confeccionar unos pantalones, un saco y un sombrero a modo. Así, en la plenitud de su juventud, Gilberto tuvo su primer traje. Recuerda que son de las cosas más bonitas que le han tocado vivir en sus 42 años de ser miembro de esta comunidad artística.

Fue su papá quién le inculcó la tradición -quién a la fecha tiene 65 años saliendo de suavo francés en el convite que este año cumple su 151 edición-, Gilberto ha hecho lo propio con su propia descendencia. Narra que desde que José Luis Manuel, su primer hijo, pudo caminar, lo llevó a participar en el carnaval, tanto que su hijo ha estado presente activamente 34 veces de los 35 años que tiene de vida.

A sus 55 años, Don Gilberto ostenta el cargo de representante de los suavos franceses del tercero y cuarto regimiento de su localidad, y con base en su experiencia en la tradición, trabaja en el proyecto Los Suavos Unidos de Huejotzingo, ello para que no haya diferencias ni divisiones, se acaben las antipatías y las riñas, egoísmos y envidias entre sus miembros.

La nieta de Don Gilberto, a su corta edad de 5 años también ya participa de estas actividades, por lo que el danzante se siente muy orgulloso de desfilar junto a su padre, su hijo y su nieta, siendo cuatro generaciones unidas gracias a las fiestas de carnaval.