Propone Enrique Serna desterrar viejos planes de literatura

La mañana de ayer martes el escritor visitó Puebla para inaugurar la Segunda Feria de Lectura y Escritura FFyLees, en el Carolino

La existencia de una preparación previa para leer los clásicos de la literatura universal, y que la lectura sirve para proveer un almacenamiento de conocimientos, son dos de las ideas que debieran reflexionarse antes de buscar acercar a jóvenes a la lectura, fueron algunos de los puntos que abordó el escritor Enrique Serna en una conferencia magistral ofrecida en esta ciudad.

La mañana de ayer martes el escritor visitó Puebla para inaugurar la Segunda Feria de Lectura y Escritura FFyLees, en el Salón Barroco del Carolino que organiza el Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras BUAP. En su ponencia titulada Los libros que me cambiaron la vida, el autor de Giros negros comentó que existen dos ideas fundamentales a reflexionar para iniciar a los jóvenes en la lectura:

La primera sería que se necesita una preparación previa para acercarse a títulos de la literatura universal. Así ejemplificó con El Quijote de la Mancha, una de las obras más emblemáticas y cuasi obligatorias para cualquiera que se diga amante de la lectura. Dijo que si se siguiera dicha premisa, se necesitaría un amplio conocimiento de la historia y corrientes de pensamiento; en ese caso nadie se hubiera iniciado nunca como lector.

Por el contrario, es a través de las obras que los lectores se interesan por el conocimiento de estas ciencias y el conocimiento de la historia en general:

"Yo creo que es importante desterrar ese prejuicio de viejos programas de literatura en secundaria y preparatoria que se fortalecieron mucho (...), creo que era absurdo porque ni el maestro había hecho todas esas lecturas ni el alumno las sabía hacer tampoco."

Así, explicó que esos programas no buscaban despertar el interés en los nuevos lectores, ya que ello se logra a través de la imitación y no solamente como "compradores de libros".

La segunda idea que puso en la mesa es que "la lectura sirve para almacenar conocimientos eruditos": "Esto también alienta a mucha gente sensible de la lectura que no quiere participar en esas competencias de presunción. Hay que tener presente entonces que los libros no son un vestido si no un alimento, y que no se leen, se viven."

El apelar a estos dos principios lleva a la reflexión sobre el ideal educativo griego, afirmó, y continuó destacando al poeta griego Píndaro, quien creía que el objetivo de la educación era extraer el potencial de un ser humano, pero no se puede conocer si previamente no se ha cultivado el espíritu.

  • URL copiada al portapapeles