Relatan llegada de franceses a México

Oscuros ojos azules habla de la llegada de Maximiliano y Carlota desde la visión de los pueblos de Veracruz a San Martín Texmelucan

"Juancho vio cómo venía una nube elevándose. Fuego, polvo que casi tocaba con el cielo. Se escuchó entonces su grito desde la montaña del Tenson: Ya vienen, ya viene la nube de fuego, vienen los fantasmas, son gigantes, vienen echando fuego, creo que son color de fuego, son azules". Así describe Jairo Roque Zenteno el primer avistamiento de los franceses a México, y narrado a través de la mirada indígena en la novela Oscuros ojos azules.

La Casa de la Cultura "Pedro Ángel Palou Pérez» presentó esta obra de Jairo Roque Zenteno, una novela que habla de la llegada de Maximiliano y Carlota desde la visión de los pueblos asentados en la ruta de Veracruz a San Martín Texmelucan, de 1863 a 1867.

El trabajo tuvo 10 años de investigación testimonial y en los archivos municipales, documentación eclesiásticas de la zona de Tepeaca, Quecholac, Tecamachalco, Acatzingo, Tecali de Herrera. Así lo mencionó a este medio de comunicación el propio Roque Zenteno.

El cronista indicó que la idea central es la intervención francesa y su consecuencia histórica que decidió abordar a partir de un documento de San Juan Tepatlacoyan, en el que una partida de zuavos franceses llegó huyendo las autoridades, cuando los pobladores de la zona los vislumbraron.

Si bien es un texto que está basada en un hecho histórico, el autor detalló que más bien se trata de una historia mística porque retoma los presagios, supersticiones y agüeros sobre la naturaleza en los que creían los indígenas.

El hombre prehispánico y todavía los antepasados del siglo XIX, dijo, veían e interpretaban el mundo a través de supersticiones, porque estaban muy unidos a la naturaleza. Ejemplo de ellos algunas creencias como si cantaba la coquita iba a llover, si te pasaba una serpiente en el camino es que iba a haber un pleito, si una zorra caminaba en la noche era presagio de muerte, o si el tecolote canta es que el indio va a morir.

En ese sentido la novela narra cómo los pobladores en aquella época vieron la entrada de los franceses y los emperadores a México, que es a través del poder de la interpretación y más allá, en el caminar del propio sueño. Aporta una nueva forma de leer y de ver la intervención francesa por medio de una clase olvidada: el indigenismo.

"Todos hemos leído el asunto bélico, la guerra, los soldados las peripecias de las armas. Otros escritores (lo abordan) de manera histórica, pero nadie se ha metido en la interioridad de las clases sociales y del pensamiento. En esos dos mundos que se contraponen: el raciocinio y el espiritual; el mundo que se toca y el mundo del espíritu;el mundo que se puede dibujar y el mundo de la nada. Dios y espíritu siempre van puestos y que la reforma liberal de Benito Juárez vino a separar de manera abrupta; eso es otra aportación."

Bajo esos términos, indicó que es adentrarse en la historia desde otro punto de vista.

Por ello invitó a que los lectores se acerquen a los textos, la historia y acontecimiento tanto del país como de Puebla desde otras formas e interpretarla:

"Recomiendo que busquen otros aspectos del espíritu también de la razón, pero sobre todo de sentimiento, eso hemos olvidado los lectores: las lecturas sentimentales."

Sergio Vergara Berdejo, coordinador del Consejo de la Crónica; y Leonardo Ortiz Fuentes, miembro de la Unión Nacional de Ejidatarios (UNEFA) Puebla, participaron en los comentarios durante la presentación.

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