Ana y Bruno pasan de la mirada tierna a la psicosis

Poblanos participan activamente en la creación de nuevo cine animado, tanto que han sido ganadores como el de la Diosa de Plata

Ana y Bruno pasan de la mirada tierna a la psicosis
Agencias | Ana y Bruno recibió críticas por su clasificación A Ana y Bruno pasan de la mirada tierna a la psicosis

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Memorias del Crimen

Si de demonios hablamos, basta con remitirnos a nuestro interior. En los escenarios más sombríos y extraños encontramos a los demonios más terribles; ese toque de esquizofrenia interior, nos hace viajar hasta los rincones más cruentos de nuestra imaginación. Así es la historia de Ana y Bruno, una película del director mexicano Carlos Carrera.

Se trata de un largometraje que hace uso de estos elementos perversos. De una manera emotiva, narra la historia de Ana, una niña que es internada en un hospital psiquiátrico con su madre. Con ayuda de diversas criaturas siniestras pero amigables, Ana escapa del hospital en busca de su padre, para salvar a su mamá.

Desde una perspectiva amigable e infantil, la clasificación A de esta película deja en claro que se trata de una historia apta para los más pequeños de la familia sin embargo, durante su estreno en el año 2017, cientos de usuarios dejaron clara su inconformidad en redes sociales, cuando se quejaban de que las animaciones no eran aptas para los menores de edad, pues tocaban temas psicológicos delicados o susceptibles.

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Poblanos

El público infantil se ha visto bombardeado por animaciones melosas al puro estilo Disney, por lo que encontrar figuras como la de Ana en la pantalla grande, suele representar un cambio en el paradigma en la sociedad. Además de que la compañía Animex, establecida en Puebla, también ha representado historias aptas para niños, a través de animaciones poco ortodoxas.

Los poblanos han jugado un papel fundamental en la historia de la cinematografía de animación mexicana, siendo pioneros de estilos auténticos que han marcado una pauta entre las creaciones usuales que se presentan en el cine animado. 

Ricardo Arnaiz

Es el caso de las leyendas mexicanas, que han sido heredadas desde muchas generaciones atrás: La leyenda de La Nahuala (2007), La leyenda de la llorona (2011) y Nikté (2009) son sólo algunas de las películas que han sido dirigidas por el poblano Ricardo Arnaiz, quien ganaría el Premio Ariel al mejor largometraje de animación en 2008, acontecimiento que lo catapultó como pionero de la animación en México.

César Cepeda

Otro nombre para resaltar es el del poblano César Cepeda, quien participó en el Annecy International Animated Film Festival, uno de los festivales más importantes en el mundo de la animación. Con su cortometraje Elena y las sombras, obtuvo el premio Diosa de Plata; además fue elogiado por la producción de Julia y el portal del abismo, donde al igual que Ricardo Arnaiz, presentó animaciones peculiares a las que poco se encuentra acostumbrado el público convencional.