Pero, ¿qué es la poesía? No es sólo la expresión de los más profundos sentimientos, o como diría Béquer: “¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.” Claro que suena muy bonito, pero la poesía va más allá de esa percepción amorosa que nos quedó desde el romanticismo.

Es, antes que nada, una postura política. Es una manera de emular la vida, desde lo más cruel hasta lo más placentero. Es una manera de decir: esto soy, esto creo, esto defiendo. No sólo a través del lenguaje sino volviéndose un lenguaje propio.

Y es que los poemas hablan de todo, pueden ir desde lo testimonial, como Carolyn Forché escribe en El Coronel –un poema en prosa que habla de su experiencia en El Salvador en 1978, durante la dictadura en dicho país–, hasta los juegos con el lenguaje, como lo hace Gertrude Stein, una de las mujeres más influyentes en el mundo del arte de la primera mitad del siglo XX, en su poema Si yo le dijera: Retrato completo de Picasso.