INAH comenzará estudio de yacimientos de mamuts en Santa Lucía y Tultepec II

En el proyecto de investigación paleontológica, arqueólogos y paleontólogos sumarán esfuerzos para lograr un mejor entendimiento de los sitios

Iniciará el estudio multidisciplinario de los yacimientos de fósiles descubiertos en los terrenos donde se construye el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en la Base Aérea de Santa Lucía, y que también comprenderá a Tultepec II, ubicado en San Antonio Xahuento, ambos en Estado de México, separados por una distancia, en línea recta, de 14 kilómetros.

La finalidad del proyecto es conocer 20 mil años de historia de la vida en el noroeste de la Cuenca de México, en lo que eran las orillas del lago Xaltocan, uno de los cinco lagos de dicha región, junto con Texcoco, Zumpango, Chalco y Xochimilco, y las posibles interacciones de la fauna del Pleistoceno Tardío, hace por lo menos 10 mil años, con las primeras poblaciones humanas, en esa región lacustre que hoy, a través de las obras de infraestructura, desvela una extraordinaria riqueza para la ciencia.

Así lo dieron a conocer Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología, y Felisa Aguilar Arellano, presidenta del Consejo de Paleontología, ambas instancias del INAH.

Aguilar Arellano detalla que el proyecto paleontológico, titulado La prehistoria y paleoambiente del noroeste de la Cuenca de México, el cual será coordinado por los biólogos Joaquín Arroyo Cabrales y Eduardo Corona Martínez, investigadores del INAH especializados en megafauna, y por los arqueólogos Rubén Manzanilla López y Luis Córdoba Barradas, pretende llevar a una propuesta conjunta, donde a través de la visión de la arqueología y la paleontología se buscará un mayor entendimiento de lo sucedido, en términos paleoambientales, en esa región, a través del análisis de la evidencia fósil, además de la información vinculada a la posible asociación humana.

“El apoyo de paleontólogos permitirá recrear ese espacio único y conocer aspectos sobre la biología de los mamuts: sus dietas, morfología, tallas, genética, así como los procesos de deposición y constitución en fósiles, a través de una serie de estudios a realizarse en distintos laboratorios del INAH y de otras instituciones, como la UNAM, que se suman al esfuerzo”, adelanta.

Los paleontólogos Joaquín Arroyo Cabrales, de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, y Eduardo Corona Martínez, del Centro INAH Morelos, ambos vocales del Consejo de Paleontología, explican que la investigación de las poblaciones de mamuts en el noroeste de la Cuenca de México abarcará tanto el yacimiento en la Base Aérea de Santa Lucía, como el sitio de Tultepec II. En los dos lugares se realizarán análisis desde varias áreas del estudio paleoambiental, para llegar a una reconstrucción completa de cómo fue la zona en el Pleistoceno Tardío. Participarán especialistas en polen, en minerales y en ADN antiguo.

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Los paleontólogos comentan que es muy probable que los vestigios daten de entre 10 mil y 20 mil años, fechas arrojadas, generalmente, por los materiales fósiles hallados en la Cuenca de México; sin embargo, hay que esperar a hacer los fechamientos en laboratorio para tener su antigüedad con precisión, así como los estudios morfológicos y taxonómicos para corroborar las especies representadas.


Conservación y difusión de los mamuts de Santa Lucía

En la Cuenca de México siempre ha sido difícil mantener in situ los ejemplares del Pleistoceno, es decir, en los yacimientos donde se localizan, dado que el nivel freático dificulta y encarece su conservación, comenta Joaquín Arroyo, razón por la cual los materiales, por lo regular, son trasladados a un lugar donde puedan conservarse.

Los mamuts de Santa Lucía permanecen dentro de la base aérea, en espacios donde ya se les dan los “primeros auxilios” en materia de conservación. “Tan pronto como se descubre el material óseo, los huesos comienzan un proceso de desecado y deterioro, por lo que es necesario un tratamiento que evite un daño fuerte que comienza a pulverizarlos”, explica el paleontólogo.

En este momento, el proyecto tendrá como meta obtener un mejor conocimiento de qué es lo que se encontró. Una vez que se haga la investigación, el INAH estaría en posibilidades de presentar una propuesta de contenidos para un museo, y de indicar qué materiales serían factibles de mostrarse al público, explican los paleontólogos.

“Los restos recuperados en la Base Aérea de Santa Lucía han superado cualquier expectativa sobre la cantidad, entonces sería conveniente mostrarlos a toda la sociedad mexicana; sería importante que en el aeropuerto pueda contarse con un museo que nos permita explicar a la gente lo que se encontró durante los trabajos de construcción, como ocurre en otros sitios donde se ha hecho obra pública”.

Ahora, en este espacio que ha resultado único para la paleontología se mantiene una coordinación muy exacta con la Secretaría de la Defensa Nacional, responsable de la obra de construcción del nuevo aeropuerto, la cual ha brindado todo el apoyo y respaldo al INAH para llevar a cabo procesos de exploración dilatados, cuidadosos y controlados.


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