Por pandemia se cierra el mausoleo de Lenin, alerta en Moscú

Según las autoridades sanitarias, en Moscú se detectan diariamente cerca de cinco mil casos y en torno a los 70-80 decesos, lo que ha obligado a las autoridades a tomar nuevas medidas.

Por pandemia se cierra el mausoleo de Lenin, alerta en Moscú
EFEI Por pandemia se cierra el mausoleo de Lenin, alerta en Moscú

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Con un cartel de cerrado por coronavirus el mausoleo de Lenin afianzó sus puertas. La última vez que las autoridades cerraron el acceso a la momia del fundador de la URSS, el país se sumió un período de confinamiento que se prolongó durante tres meses.

“El mausoleo se cierra debido a la difícil situación epidémica en el país”, informó un portavoz del Servicio Federal de Protección (FSO), encargado de la seguridad del Kremlin.

No es para menos, ya que Rusia registra cada día más de 20 mil contagios y casi medio millar de muertos, y el jueves superó los dos millones de casos de Covid-19.

La momia, indicador de riesgo

Dice la sabiduría popular que cuando el Ayuntamiento moscovita decide suspender el acceso al cuerpo embalsamado de Vladímir Ílich Uliánov, alias Lenin, es que la situación en la capital, epicentro de la pandemia, es seria.

Las autoridades quieren evitar colas en el corazón del país. Habitualmente, el mausoleo abre sus puertas cuatro días a la semana -martes, miércoles, jueves y sábado- desde las 10 de la mañana a la una de la tarde. Según los comunistas, recibe hasta 50 mil visitantes al mes.

Aunque el FSO habló de “plazo indefinido”, la prensa cree que, como mínimo, el mausoleo no recibirá visitantes hasta mediados de enero. Eso quiere decir que los rusos que llenan la plaza Roja durante las fiestas de Año Nuevo, del 31 de diciembre al 10 de enero, no podrán echar una ojeada a la momia, inquilino del mausoleo desde 1924, con la excepción de los 1.360 días durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin flores en la tumba de Stalin

El cierre del mausoleo supone también que los rusos no podrán acceder a la necrópolis que se encuentra entre el mausoleo y las murallas del Kremlin, y que no puede ser visto desde el empedrado de la plaza, ya que está protegido por una hilera de abetos.

Allí está enterrado el dirigente que heredó el poder tras la muerte de Lenin, Iósif Stalin, que sólo compartió mausoleo con el líder de la revolución bolchevique desde su muerte en 1953 hasta 1961, debido a la denuncia del culto a la personalidad realizado por Nikita Jruschov.

Grupos de nostálgicos de la URSS acostumbran a visitar la tumba de Stalin, que está presidida por un famoso busto, cuya nariz fue rota durante la fiebre antisoviética de la Perestroika y que ha sido pegada de manera muy rudimentaria.

Ahora no podrán depositar flores en su tumba o en la de otros dirigentes soviéticos como Brézhnev, Andrópov o Chernenko, y personalidades como el legendario "Míster Net", Andréi Gromiko, o el vilipendiado Félix Dzerzhinski, fundador de la Cheka, precursora del KGB.

En las murallas del Kremlin también se encuentran las urnas con las cenizas de personajes históricos, como Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia; Máximo Gorki, el escritor del régimen, o el legendario general Gueorgui Zhúkov, héroe en la Segunda Guerra Mundial.

También se pueden encontrar placas con los nombres de la amante de Lenin, Iness Armand, y John Reed, el estadounidense que fue testigo de primera mano de la Revolución Bolchevique y que, tras escribir "Diez días que conmovieron al mundo", murió en Moscú en 1920.

Revés para el turismo

Además del mausoleo de Lenin, los museos de la capital también han cerrado esta semana sus puertas hasta mediados de enero de 2021 por orden del ministerio de Cultura.

Sumado a la reciente cancelación de los festivales navideños, los turoperadores pronostican un mayor descenso si cabe del flujo de visitantes que en la primera mitad del año.

“El cierre de los museos golpeará con fuerza al sector turístico, ya que últimamente se habían vuelto muy populares debido a la ausencia de aglomeraciones” por la merma de extranjeros, comentó Maia Lomidze, directora de la Asociación de Turoperadores de Rusia.

Tras describir el flujo turístico estival como un “insignificante riachuelo” de visitantes, pronosticó que en la temporada invernal el número de turistas será de un 25-30 por ciento en comparación con el pasado año.