Reconocen fabricantes que la elaboración de este calzado disminuye ante los incrementos en las materias primas y las escasas ventas
Al sur del estado, ya cerca de Oaxaca, se ubica el municipio de Chila de las Flores, que ve agonizar lo que por años fue una de sus principales actividades económicas: la elaboración de huaraches. La huarachería aún es practicada por un grupo de habitantes, trasmitida de generación en generación, más que por cuestiones económicas. La palabra huarache proviene de kwarachi, voz de origen purépecha o tarasco, utilizada para designar al calzado utilizado por los pueblos asentados en la región del Valle del Mezquital, en la zona oeste del estado de Hidalgo. El uso de los huaraches se extendió a otros pueblos mexicanos, aunque con variaciones; por ejemplo, entre los rarámuris, pueblo asentado en la Sierra Madre Occidental, en Chihuahua, se utiliza con suela de cuero, por lo regular de venado. Comer del huaracheLa familia Sánchez lleva años dedicada a la elaboración artesanal de huaraches, con piel curtida, tanto para hombres como para mujeres. A través de años de ahorros lograron adquirir máquinas para alcanzar una mayor producción, agilizando tiempo en labores como coser, cortar y rebajar la piel; el resto del proceso aún es artesanal. El cuero lo compran fresco y lo ponen a remojar con cal para después quitarle el pelo y la carnaza con el apoyo de un machete; para la elaboración de la suela ocupan corteza de árbol de encino, la cual colocan en su interior para que además dé el color café. Refirieron que a pesar de la competencia y la entrada a la región de calzado chino, día a día trabajan para conservar el huarache con diseños y modelos nuevos. Integrantes de la familia apuntaron que uno de los principales problemas es el incremento en la materia prima, aunque mantienen sus precios, que van de los 150 a 250 pesos. Parte de la MixtecaEl huarache de cuero jugó un papel importante en la Mixteca debido a su precio y duración, además podía ser reparado por los mismos usuarios, refirió el jefe de la Unidad Regional de Culturas Populares, Guillermo Círigo Villagómez. "El uso del huarache de cuero con suela de llanta era muy frecuente, sobre todo en las clases populares; sin embargo, se fueron sustituyendo, primero por los huaraches de platico y después por los zapatos o tenis", dijo. Ante la gama de calzado actual los huaraches de cuero han ido desapareciendo, y con ellos uno de los más nobles oficios que caracterizaban a una zona de la ciudad. Círigo Villagómez aseguró que antes existía una cantidad importante de fabricantes de huaraches en el barrio de San José, pero a la fecha sólo queda uno. "Tenemos solo un huarachero, van disminuyendo el uso y la gente que los produce al no existir un mercado que permita un ingreso económico para quien los fabrica", agregó. A la fecha, precisó, el mercado para esta actividad se reduce a adultos mayores. En los últimos años el uso de huaraches se ha retomado por algunos sectores de la población, pero no se trata de los tradicionales, sino de los que fabrican algunas marcas reconocidas, con otro tipo de materiales y a un precio que los coloca como un artículo de lujo. |