Por decisión del cabildo del ayuntamiento de Huauchinango fue solicitada la remoción del cargo para Federico Escamilla González, quien se venía desempeñando como contralor desde el inicio de la administración en octubre de 2018.

Pese a que desde hace una semana había trascendido este movimiento de manera oficial, no fue sino hasta el pasado martes que Escamilla González hizo pública su remoción, señalando que había sido orillado a renunciar sin justificación.

El motivo de su baja, dijo el exfuncionario, se relacionaría con el hecho de que en su función como contralor no habría estado de acuerdo en aprobar la cuenta pública 2018 del edil Gustavo Vargas Cabrera, ya que observó varias irregularidades, además de señalar que se realizaron numerosas adjudicaciones directas.

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El ahora excontralor indicó que desde hace más de dos meses el edil Gustavo Vargas cortó toda comunicación con él, a pesar de que lo buscó y trató de entablar comunicación le fue negado el derecho de audiencia.

Este medio de comunicación buscó al edil para que diera su versión de los hechos. No obstante, Vargas Cabrera se limitó a señalar que la remoción de Federico Escamilla obedecía a "una denuncia interpuesta en contra del expresidente municipal".

Al frente de este órgano del ayuntamiento quedó el contador José Luis Castelán Cruz, quien hasta inicios de esta semana prestaba sus servicios dentro de la oficina de ESAPAH.

Escamilla González enfatizó en que los argumentos bajo los que pidieron su renuncia son insostenibles, calificando a Gustavo Vargas como una persona inmadura. En los próximos días dará una rueda de prensa dando a conocer los detalles de la problemática.

EL DATO: El contralor estaba en desacuerdo con la aprobación de la cuenta pública 2018 del edil Gustavo Vargas Cabrera, por numerosas irregularidades.