Papel picado, color y memoria de Todos Santos en Huixcolotla

América Rivas, la jefa del taller, señaló que la producción aumenta durante esta temporada

La temporada de Muertos es la favorita de Joanna e Isidra. Ellas son trabajadoras del taller de papel picado Artemex en San Salvador Huixcolotla, que por estas fechas se llena de colores morados, naranjas, negros y blancos; así como catrinas, calaveras y calabazas.

“Es una época muy bonita, además de que los armados son más finos,” comentan al tiempo que cuentan los pliegos negros que en pocos minutos serán pasados por la prensa, para transformarse en motivos de esta fiesta mexicana; sin embargo, también pueden terminar en arañas y fantasmas de Halloween.

A pocos metros y en su estudio, José Luis Flores trabaja en la parte más artesanal de la producción: el papel picado con la técnica de calado. Con al menos 15 años de experiencia, recuerda cuando su abuelo golpeaba una placa de plomo similar a la que él ocupa.

Ahora sólo falta agregar el texto, que irá tomando forma una vez que el cincel atraviese el paquete de 50 hojas multicolores.

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“No todo el mundo sabe cómo cortarlo. La mayoría tiene que usar una plantilla para guiarse. Hay quienes pueden visualizar desde el diseño cómo va a quedar el corte.”

América Rivas, la jefa del taller, señaló que la producción de papel picado aumenta de manera considerable durante la temporada de Muertos.

Alrededor de mil 500 piezas, por color y por tamaño, de una sola figura salen de la prensa y comienzan a acomodarse para que se distribuyan por todo el país, Estados Unidos y Europa.

Tan sólo en Artemex, cerca de 50 familias de Huixcolotla participan en esta actividad artística y llena de tradición. Un pueblo que se divide en partes iguales entre quienes se dedican al papel picado y al comercio.

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