En Huauchinango, vendedores ambulantes regresaron a las calles aun cuando se están registrando los niveles más altos de contagios por Covid-19.

Se trata de vendedores que provienen de zonas rurales, quienes reconocen que están desacatando del decreto estatal, pero admiten que es su única fuente de conseguir ingresos para sus familias.

Juana, quien se dedica a la venta de verduras, dijo que al inicio de la cuarentena el gobierno prometió que los estarían apoyando con alimentos; sin embargo, solo fue una promesa. La vendedora originaria de Tlacomulco indicó que no ha recibido ninguna despensa del gobierno estatal ni municipal, por ello se ve obligada a salir a vender.

Facundo, otro ambulante, menciona que el cierre de los mercados y plazas donde expenden sus productos ha impactado de lleno en sus bolsillos, pues ahora es más difícil vender sus productos.

Admite que existe incertidumbre entre los ambulantes porque andar en las calles durante la cuarentena es un riesgo alto de contagiarse del virus, pero es la única manera de tener alimentos diariamente en su mesa.