“Ya no te voy a volver a ver,” fue el principal lamento de los familiares, amigos y vecinos de Gardenia y Dulce, víctimas de feminicidio que fueron sepultadas el día jueves en el panteón de la comunidad de La Magdalena Tetela, en Acajete.

Antes del sepelio, a la joven de 26 años y a la niña de 11 se les realizó un homenaje con cantos cristianos y música de mariachi por parte de quienes las acompañaron desde su vivienda hasta el camposanto, donde les dieron el último adiós.

Los padres y abuelos de las víctimas, Rufino Ortega y Gabriela Flores, encabezaron los servicios funerarios.

Además del dolor del papá y la mamá de las víctimas, la hermana lloraba de forma desconsolada al despedirse de su hermana y sobrina. También se interrogaba entre sollozos “¿Por qué sufriste tanto? ¿Por qué, por qué ustedes?,” mientras abrazaba los féretros.

Gardenia y Dulce también estuvieron acompañadas por la congregación de las Hermanas del Ministerio de la Mujer y del Club de Conquistadores, grupos a los que ellas pertenecían. 

Los féretros de color caoba y blanco fueron rodeados con flores. Las fotografías de ambas fueron colocadas para la guardia de honor que montaron los compañeros de escuela de la menor asesinada.

En honor a Dulce, algunos asistentes lanzaron globos de color blanco y rosa, así como flores de distintas tonalidades.

Gritos de desesperación, clamores de justicia y porras sonaron mientras los féretros eran enterrados entre una lluvia de flores y trozos de papel decorados.