La Policía Cibernética de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México ubicó en la ciudad de Puebla, a un hombre dedicado a coordinar y lanzar, desde Twitter, amenazas de muerte a escritores, periodistas y activistas.

Se trata de José Castrejón Aguilar, quien intentaba mantener un bajo perfil con su cuenta @slayden; sin embargo, las autoridades señalan que realmente se dedica a organizar y dirigir los ataques cibernéticos.

Las investigaciones lo refieren como un generador de cyberbullying por "órdenes del patrón", quien –de acuerdo con la columna "En Tercera Persona", del periodista Héctor de Mauleón– en ocasiones parece ser el gobernador Rafael Moreno Valle y en otras, el PRI; ya que "se lanza contra quienes critican a Enrique Peña Nieto".

La publicación difundida bajo el título "¿Quién paga por las amenazas" apunta que una tarde, @slayden cometió el error de publicar imágenes de un "centro de operaciones peñabot" en la Angelópolis. Era una imagen de su pantalla, donde se veía TweetDeck, un gestor de cuentas de Twitter que permite la publicación simultánea de mensajes desde varios usuarios.

Sin embargo, la fotografía también dejó ver su propia cuenta y eso fue suficiente para que la Unidad de Inteligencia Cibernética siguiera sus actividades en la red, como su inscripción al sitio web de un Movimiento de Regeneración Nacional, que no está vinculado con el partido de Andrés Manuel López Obrador.

No obstante, José Castrejón habría intentado afiliarse en 2013 al ahora instituto político; aunque no logró completar el proceso por falta de un documento.

El texto de Héctor de Mauleón refiere que según su cuenta de Ask.fm, José Castrejón estudió "Ingeniería en Ciencias de la Comunicación e Ingeniería en Desarrollo de Software"; además que en 2015, como estudiante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), ganó el segundo lugar del HackCDMX con el diseño de una app para alertas ciudadanas.

Además de @slayden, las autoridades han ubicado a otras cuentas relacionadas con amenazas de muerte a periodistas y activistas, que además incitan al feminicidio, al racismo, a la pornografía infantil y otras conductas delincuenciales.