El gobierno federal entrega recursos a los estados de la República con discrecionalidad y en función de la afinidad política, dio a conocer la organización México Evalúa a través de la investigación Arquitectura del Ramo 23.

El Ramo General 23 es un instrumento de política presupuestaria, conocido también como Provisiones salariales y económicas. Se incluye dentro del presupuesto de cada año y las asignaciones no corresponden al gasto directo de las secretarías o entidades.

El gobierno federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ha entregado 318 mil millones de pesos a gobiernos locales mediante tres programas del Ramo 23: Programas Regionales, Contingencias Económicas y Fortalecimiento Financieron.

De 2013 a 2017, los tres programas tenían aprobado un gasto acumulado de 22 mil millones de pesos, pero terminaron ejerciendo 318 mil millones de pesos, equivalente al 30% del aumento en los ingresos tributarios entre 2014 y 2017.

Los recursos fueron transferidos a gobiernos locales en función a la afinidad política con el gobierno federal. En años previos a elecciones, los estados recibieron más recursos.

En 2011, por ejemplo, Nuevo León recibió cero recursos de los programas discrecionales del Ramo 23 mientras la administración federal era panista y el gobierno local priista. Ese año el promedio nacional de recursos entregados por este concepto fue de 452 millones de pesos.

Caso similar fue el del Estado de México. En 2011, cuando el gobierno federal era panista y el local priista, las transferencias a la administración mexiquense fueron de 567 millones de pesos. Pero la situación cambió en 2017, con gobiernos federal y local del mismo color. La entidad recibió 8 mil 601 millones de pesos, 4.7 veces más que el promedio nacional de mil 830 millones de pesos.

El gobierno de Enrique Peña Nieto ha gastado ya 318 mil millones de pesos en la entrega de subsidios discrecionales, mientras que la administración de Felipe Calderón gastó 50 mil millones de pesos.