Todo lo que debes saber de Iztaccíhuatl, la mujer dormida

El 20 de julio de 1868, ocurrió la última erupción del Iztaccíhuatl, Jesús Galindo y Villa, ingeniero e historiador mexicano, narró cómo fue que ocurrió el acontecimiento.

“El 20 de julio, como eso de las 10 de la mañana, se oyó un fuerte ruido en la montaña Iztaccíhuatl, que poco a poco se notó que se cimbraba, por dicho reventón, salió aire muy fuerte, enseguida lanzando peñascos (rocas) que arrancaron árboles a su paso acompañados de aguas azufrosas” indicó.

Datos que probablemente no sabías de la mujer dormida

Tercera montaña más alta de México, después del Pico de Orizaba y el Popocatépetl.

Presenta varios picos, el más alto se encuentra a 5 mil 218 metros sobre el nivel del mar (msnm) y es conocido como “el pecho”, sobresalen “la cabeza” y “los pies”, y se forma la conocida silueta de la mujer recostada.

Se dice que los pies fueron los primeros en formarse, aproximadamente hace 1.7 millones de años

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Existe la creencia de que quien logra bajar de la cumbre “el pecho”, alcanza un grado de iluminación y fortaleza en la vida.

Este miércoles, a través de un video publicado en redes sociales, se habló de una posible erupción en el Iztaccíhuatl, despertando asombro en los pobladores de las regiones colindantes, sin embargo, Protección Civil informó que solo se trató de un efecto óptico en la cámara de Paso de Cortés.

De acuerdo a información de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, se trató de un efecto óptico, debido a que la supuesta “explosión” coincidió con una de las pulsaciones luminosas de la torre de transmisiones, Altzomoni.

Según las investigaciones, se puede hablar de un fenómeno llamado triboluminiscencia, que se origina por alteraciones químicas y pulsos electromagnéticos en rocas de una alta característica magnética en interacción con la ionosfera y que ocurren principalmente en zonas con fallas geológicas y de volcanes, no se trata de explosión de gas ni de una erupción, solo es un rayo luminador que es raro de observar.

Para que se hable de una actividad volcánica, se debieron observar desde hace semanas o meses señales sísmicas en las estaciones de la red del Popocatépetl.