Mexicanos crean ventiladores para no depender de extranjeros

El nuevo ventilador costará la mitad que los adquiridos en el extranjero.

Mexicanos crean ventiladores para no depender de extranjeros
EFE | El Instituto Nacional de Ciencias Médicas desarrolló el ventilador VSZ-20 Mexicanos crean ventiladores para no depender de extranjeros

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Para evitar depender del mercado extranjero, un grupo de ingenieros biomédicos desarrolló el primer ventilador mexicano que está a punto de salir al mercado. En el sótano del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, un hospital público del sur de la capital mexicana, se encuentra el laboratorio de ingeniería biomédica, donde un equipo de 28 personas revisa el material médico del hospital y desarrolla nueva tecnología.

Ahí nació el ventilador VSZ-20, que permitirá desahogar parte de las necesidades de intubación del país. "En estos momentos de la pandemia, el paciente requiere de ayuda de ventilación mecánica, no son autónomos para la respiración, y se requiere de apoyo de un ventilador que haga la función de los pulmones", cuenta a Efe Fanny Alvarado, jefa del departamento.
La dependencia del extranjero
En mayo llegaron dos mil ventiladores desde Estados Unidos para afrontar la pandemia en México. "Al ver la necesidad que empezó a surgir a nivel mundial, buscamos la forma de conseguir ventiladores. Desafortunadamente, ya no los había o tenían precios bastante altos. Lo que hicimos fue revisar qué podíamos hacer para apoyar en esta pandemia", cuenta la ingeniera.

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Por eso, en un tiempo récord de casi dos meses, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas desarrolló este nuevo modelo de ventilador, que ya solo está pendiente de la autorización oficial para iniciar la fabricación a gran escala.

El ventilador mexicano
La idea inicial era que el mismo instituto fabricara estos ventiladores, pero el acuerdo con varias empresas metalúrgicas privadas de México permitirá aumentar el ritmo de fabricación de tres por semana a cerca de 300. Según lo previsto, tendrá un costo de 10 mil dólares, la mitad de los comprados en el exterior, y permitiría ampliar la capacidad hospitalaria en lugares críticos como la Ciudad de México, donde están ocupadas el 72 % de las camas de intubación. "No es un ventilador ni de gama alta ni media. Va a servir para la contingencia, es meramente mecánico y sus piezas son fabricadas en México", explica Juan Jesús Mejía, ingeniero médico de este laboratorio decorado con una bandera mexicana. Al paciente se le introduce una cánula por la tráquea conectada al ventilador, que con un sistema de pistón bombea presión para mantener los pulmones abiertos y puede suministrar también oxígeno complementario. "Cualquier tipo de ventilador necesita pasar por un entrenamiento previo. No es nada más conectar la máquina y ya. Es entender varios parámetros importantes como el volumen, la presión, la resistencia del paciente...", añade.