Niños producto de violaciones estarán marcados de por vida

Los menores crecen con una gran inseguridad y problemas emocionales Karina ÁLVAREZ TERMINAR CON los genitales desgarrados, sufrir amenazas del agresor y padecer daños psicológicos, no es lo más preocupante en una violación, lo peor, es si la mujer queda embarazada. En el estado, decenas de mujeres son violadas al año, al menos eso es lo que indican organizaciones civiles, aunque no hay cifras del tema. A nivel nacional, anualmente miles de mujeres son violadas y enfrentan embarazos no deseados, situación sobre la cual tampoco hay datos exactos. Sin embargo, un gran número de esas mujeres que fueron violadas también quedan embarazadas de sus agresores, pero los números también se esconden. El Instituto Nacional de Neurología señala que cuatro de cada cinco mujeres violadas que resultan embarazadas deciden tener a los bebés, después de someterse a terapias sicológicas en dicho lugar. Sin embargo, aseguran especialistas en el tema que muchos de los niños que nacen por causa de una violación sufren demasiado desde el momento de ser concebidos. Son menores que van a ser rechazados constantemente desde el vientre materno, y esto quiere decir que eso quedará en la integridad del niño, en sus aspectos, su estructura síquica, pues el rechazo es una carga que va a limitar su talla y su peso. Esos menores crecen con una gran inseguridad, muchas veces tienen problemas de atención, de agresión, o son niños hiperactivos, porque todo el tiempo sienten el rechazo, establecen psicólogos. En la mayoría de los casos, una mujer que ha sido violada no denuncia lo ocurrido ni busca ayuda de inmediato, debido a que, comúnmente, el agresor es alguien conocido. Generalmente ellas se dan cuenta de que están embarazadas hasta seis o más semanas después de ocurrido el hecho ilícito. Una persona con estrés posparto se aísla de la obligación de ser mamá. Imaginemos a la mujer con estrés de un producto que no deseaba tener y todas esas acciones de apego al regazo, de seguridad, el niño no las tendrá. En ocasiones, la familia de la agredida suele darle más crédito al victimario que a la propia víctima, cuando el abusador es el padrastro. En el Instituto de Neurología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se han encontrado casos en los que la propia madre despide a la hija de la casa por haber resultado embarazada del padrastro y la mamá le cree a él, no a su hija. Así, la cadena de sufrimiento se hace más grande, pues esas chicas primero padecen la violación, luego resultan embarazadas, y al final sus padres les dan la espalda, con lo que traerán cargas emocionales muy fuertes para su hijo y ellas mismas.
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