El municipio de Oriental busca hacer museo regional sobre historia de los trenes para atraer turistas a la zona Pilar BRAVO En el municipio de Oriental parece que el tiempo se detuvo. El pueblo nació con ese nombre en 1942, porque era una estación del Ferrocarril Interoceánico que tomó el nombre de Oriental. La comunidad entonces era parte de la región de San Juan de los Llanos. La zona comerciaba granos y la empresa Aurora de Teziutlán transportaba minerales; por ello era importante el ferrocarril, mismo que dio auge a la región. Todo giraba en torno del tren y la economía floreció durante 60 años; muchos se dedicaron al campo, porque son tierras fértiles. Con la pavimentación de carreteras y el uso de vehículos el tren comenzó a perder espacio; funcionó hasta la década de 1980. En 1995, el gobierno mexicano cedió la operación de las vías férreas a varias compañías particulares; de esa manera la Kansas City Southern de México (KCSM), filial de la norteamericana Kansas City Southern Rail Network, opera un sistema ferroviario de 4 mil 251 kilómetros en suelo mexicano de vía principal que incluye el tramo de Oriental. La concesión otorgada a KCSM le da derecho exclusivo de prestar servicios de transporte de carga a lo largo del Ferrocarril del Noreste por 50 años. El servicio de tren de pasajeros dejó de funcionar hace 25 años, señaló el Presidente Municipal Guillermo Fernández Tanus; asegura que la gente mayor mantiene la nostalgia por el tren, iban y venían a Puebla o Veracruz por este medio de transporte, señala. La estación del ferrocarril en Oriental quedó atrapada en el siglo pasado; relojes checadores, caja fuerte, bancas y hasta los avisos de corridas siguen ahí, acompañadas del mobiliario tipo inglés que caracterizó a las estaciones mexicanas del ferrocarril. Actualmente las instalaciones están abandonadas; en los patios de operaciones quedan algunos vagones vacíos que sirven de salón de juegos para adolescentes. En el lugar, un policía duerme todo el día porque no tiene nada que vigilar; sólo las lagartijas ocupan los espacios; además de los perros y algún otro que busca subirse a los vagones para dormir. Fernández Tanus, lamenta el abandono en que se encuentran este tipo de inmuebles y, comenta, ha pedido a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes permiso para resguardar el edificio de la Estación y convertirlo en Casa de Cultura. Al edificio de la estación también se buscan añadir dos predios más; uno ocupado como sala de máquinas y otro como salón de checadores; refiere el edil, podrían ser talleres para artesanías o actividades recreativas. Se podría hacer hasta un museo del ferrocarril de toda la región, porque hay gente de Oriental que tiene fotografías y objetos usados durante el siglo pasado. La petición está hecha, sólo se espera que la SCT, o la empresa Kansas, cedan el espacio para que los turistas conozcan esas instalaciones, a pesar del paso del tiempo, perfectamente conservadas. Inicios del tren en México Redacción La historia de las vías férreas en México está estrechamente ligada a las necesidades de transporte durante la primera mitad del siglo 19 y a la historia económica del país. En primer lugar, muchos de los productos comercializados por el país en el extranjero, principalmente material primas, como granos y semillas; también productos traídos del exterior. Éstos debían llegar del Puerto de Veracruz, regularmente, a la Ciudad de México. Hasta 1850 fue cuando se concretó el término de un ramal de comunicación; lo inauguró el tres veces Presidente José Joaquín Herrera el 16 de septiembre. Una conmemoración más de la festividad más importante del país, se celebró de igual manera por el Presidente Benito Juárez en 1869, dos años después de haberse restituido la República en 1867; entonces, después de los festejos en la Ciudad de México del inicio de la independencia, Juárez se trasladó a Puebla para inaugurar un tramo ferroviario que llegaba hasta la ciudad de Puebla, donde se continuó el festejo. Durante el breve Segundo Imperio (1863-1867), Maximiliano de Habsburgo impulsó la ampliación de estas redes de comunicación, aunque no logró concretar muchas de ellas. Sin lugar a dudas, fue el prolongado periodo en la Presidencia de Porfirio Díaz la que dio más ferrocarriles en México; muchos de ellos usados después por los las huestes revolucionarias que se levantaron en su contra en 1910. |