** Habitantes de la comunidad más cercana al volcán permanecen en sus viviendas y dejan atrás el miedo al Popocatépetl Carlos ROCHA / Enviado SANTIAGO XALITZINTLA.- Los habitantes de esta comunidad, la más cercana al volcán, dicen que no tienen miedo a vivir cerca del Popocatépetl. En caso contrario, se habrían retirado como quienes se han marchado del territorio ante el desempleo. Los pocos nativos de Xalitzintla, que son tan escasos y no tienen gentilicio, le hablan de tú al volcán, como si se tratara de un ente que ha formado parte de sus vidas a lo largo de generaciones. En esta junta auxiliar que pertenece al municipio de San Nicolás de los Ranchos, se han acostumbrado a vivir con eventuales contingencias. Al día de hoy, conviven por lo menos con 30 personas ajenas, sobre por aquellos que son parte de los medios de comunicación, de dos cadenas nacionales de televisión. Junto con ellos permanece un pelotón de 10 elementos del Ejército y media docena de personal de Protección Civil. “Se siente bien vivir cerca del volcán. El aire es puro, con muchas cosas de la naturaleza a la mano. No tengo miedo de vivir aquí. Desde hace 30 años vivo aquí. Ya me acostumbré a vivir con Don Gregorio”, afirmó Idulia Castro Castro. Por si fuera poco, habitantes de otras comunidades más cercanas a la capital del estado acuden con frecuencia a Santiago Xalitzintla para realizar el trueque. Es el caso de Inés Xostla, originaria de Santa María Acuexcomac, acude jueves y sábados a las faldas del volcán para intercambiar producto. “Vengo aquí a cambiar nuestra verdura por la leña”, tres maderos por un manojo de quelite es la permuta que se realiza entre los poblanos de esta región del estado. No se van El 80 por ciento de los habitantes de Xalitzintla, que según el censo del 2010 del INEGI tiene 2 mil 196 habitantes, pero a decir de Juan García Agustín, presidente auxiliar, calcula que son mil, no se retirarían de su tierra, que en la mayoría de los casos, los vio nacer. Argumentan que no se van por miedo a que elementos del ejército roben sus pertenencias, tal como sucedió el siglo pasado en 1994 cuando fueron desalojados. “Ya quedamos que si nos sacan ahorita no nos vamos, porque nos quieren robar las tierras, los terrenos, los animales, para que los soldados los vendan”, resumió José Agustín hombre de avanzada edad que refirió que la actividad de Gregorio se debe a la temporada de calor. |