Santería: entre rituales, espíritus y deidades

Santería: entre rituales, espíritus y deidades
SANTERO Santería: entre rituales, espíritus y deidades

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Memorias del Crimen

Quienes se acercan a esta religión afirman que no es brujería; principalmente piden trabajo, amor y salud

Dora ALFARO

Diego GONZÁLEZ

La carrera de abogacía no le dio lo que la santería: paz, salud, amor y bienestar. Ignacio renunció a su nombre hace 13 años cuando se convirtió en Babalawo, el sacerdote con la jerarquía más alta de la religión.

Las pesadillas, un accidente automovilístico, dolores de cabeza y la aparición de un ente oscuro junto a su cama, fueron los primeros indicios de que algo terrible se aproximaba. Su madre, quien era especialista en la lectura del tarot, le suplicó que se refugiara en la santería porque las cartas arrojaban que la muerte lo rondaba.

Un sacerdote de gran prestigio en la santería, radicado en Estados Unidos, le indicó vía telefónica que su problema debía ser tratado de forma presencial porque tenía “pegado un muerto oscuro”, trabajo hecho por un enemigo laboral, ya que en aquel tiempo se encontraba litigando un caso que implicaba a gente poderosa y mucho dinero de por medio.

Después de un tiempo de resistirse y ante el deterioro en su vida, viajó a Estados Unidos para ser consultado. Tras el ritual de sanación, el sacerdote le hizo una adivinación precisa que lo impactó y le reveló que debía dedicar su vida por completo a la santería.

“Fue impresionante todo lo que salió en la adivinación, me describió tal y como era yo y me dijo que mi destino era muy grande y que tenía que ser babalawo a fuerza”, dijo.

Para adentrarse en el culto a los muertos y a los santos, viajó a la cuna de la santería: Cuba. Al arribar a la isla, tuvo tres ceremonias de iniciación, cada una con una duración de 10 días completos en los que cerca de 30 personas realizaban ritos sin descanso dentro de un cuarto del que no podía salir.

Desde aquel momento adquirió el nombre de Babalawo Mino, además de poderes para defender a quien es atacado espiritualmente, indicó.

La carrera de abogado quedó de lado al volver a Puebla, ya que se dedicó por completo a atender a quienes llama “sus ahijados”, que son clientes que acuden para pedir solución a sus problemas, principalmente relacionados con el dinero, el trabajo, el amor y la salud.

“Esto no es brujería, el babalawo tiene poderes severos para defender cuando se es atacado, para que pongan orden y hagan justicia, es como poner una demanda, pero espiritual, cuando uno tiene la razón hay que pedir autorización a Dios”, señaló.

El babalawo explicó que la solución a los problemas la brindan las deidades que invoca a través de rezos y rituales, seres limpios a quienes ejemplificó como un cuchillo que puede ser usado como un instrumento de cocina o como un arma para asesinar, todo depende de cómo se desee utilizar.

“Hay deidades que son neutras, otras que son blancas y otras que son severas. Por ejemplo, un cuchillo sirve para cortar, pero también lo puedes utilizar para matar. Igual estas deidades, depende de cómo accedas a ellas, no es que sean buenas o malas”, explicó.

Muchos de sus clientes se acercan con la petición de dañar a sus enemigos. Y aunque las deidades tienen la capacidad de lograrlo, éstas deben ser invocadas para hacer justicia, por lo que el sacerdote dijo negarse a realizar ese tipo de trabajos.

“Hay gente que quiere hacer barbaridad y media, acabar con un enemigo, que le vaya mal, vengarse por algo que le hizo y mi respuesta es negativa. Les digo que esas cosas se le dejan a Dios o que se pueden hacer obras para que estas deidades hagan justicia: obras, no brujerías. Trabajos para que la otra persona aprenda su lección y pague lo que hizo”, explicó.

El Babalawo Mino indicó que en estos casos el castigo que dan las deidades no siempre es visible y que “uno propone y Dios dispone” para hacer justicia.

“Hay gente que mató, violó, asesinó e hizo barbaridad y media y murió en su cama dormida y nunca le pasó nada de lo que consideramos malo, pero a lo mejor en la otra vida les va a ir muy mal, muy mal me refiero a que pueden sufrir carencia, la pérdida de un ser querido, pobreza, enfermedad, no necesariamente vemos las consecuencias negativas de sus actos”, señaló.

El sacerdote explicó que su religión está mal juzgada por ignorancia ante lo desconocido, ya que se relaciona con entidades demoniacas y con brujería. Sin embargo, resumió su práctica como otro camino para acercarse a Dios y mantenerse en equilibrio.

“Se puede matar, se puede enfermar, lo puedo dejar mal”

En busca de respuestas, Ivón Estrada llegó a la santería. Desde niña descubrió que tenía un don que resultaba difícil de entender para las personas que la rodeaban: predecir acciones, regularmente relacionadas con tragedias.

Algunos confundieron su aptitud con esquizofrenia, mientras que otros la relacionaban con entidades demoniacas que la acechaban. Sin embargo, hace 20 años, cuando se adentró en la santería, supo que se trataba de un regalo de sus dioses.

“Lo mío es desde niña, yo me inicié en esto porque en el transcurso de mi vida muchas personas le dicen a uno que puede ser esquizofrenia o loquera lo que uno ve. De hecho, hasta mi familia decía ‘llévala con el padre para que le eche agua bendita, porque ve cosas que no tiene qué ver’”, narró Estrada.

Su curiosidad la llevó hasta Cuba, en donde vivió 3 años. Estrada explicó que incursionó por el lado oscuro de la religión, en una rama de la santería conocida como Palo Mayombe. Su iniciación comenzó con el “rayamiento” de la piel, ceremonia realizada para purgar los males en la que se infligen heridas con una navaja. Posteriormente, pactó con un muerto, ritual que se efectúa frente a un cadáver humano.

Tiempo después, adquirió la jerarquía de santera, al “coronarse santo”, ceremonia en la que aseguró haber conocido a su ángel, que es quien la protege en todo momento.

“Es muy bonito porque cuando te coronas santo te dicen toda tu vida, gente que ni te conoce”, dijo.

Estrada aseguró que desde que practica la religión ha sido testigo de grandes milagros: el embarazo inesperado de su cuñada tras seis abortos y la sanación de su madre tras 14 operaciones.

Además, indicó que los santos no se equivocan, ya que le han augurado acontecimientos inexplicables, entre ellos está haber predicho el día y la causa de la muerte de su abuelo y la alerta de un incendio que podía consumir su casa.

“Cuando me estaban haciendo el santo en Cuba me dijeron ‘ten cuidado porque se puede quemar tu casa’. Y yo dije ‘bah, ¿cuándo se va a quemar mi casa?’, llegando a México a los dos meses más o menos se quemó mi casa. Entonces son pruebas, todo lo que me fueron diciendo es real”, indicó.

La santera, de 34 años de edad, señaló que en México la religión está estigmatizada por desconocimiento y prejuicios, ya que el ciudadano común relaciona la práctica con pactos demoniacos para dañar al prójimo.

Sin embargo, coincidió con el Babalawo Mino al decir que los santos no dañan, pero hacen justicia. Y aunque el pacto con los muertos sí es capaz de hacer el mal a cambio de una recompensa, es una decisión personal que se basa en los valores de quien lo practica.

“Se puede matar, se puede enfermar, lo puedo dejar mal, pero tú sabes que se está haciendo eso y que cualquier cosa eso es karma, yo creo que ningún dinero vale tanto para echarme encima algo. Si haces mal, los santos no te apoyarán, son como los padres para uno, te perdonan, pero jamás te ayudarán para hacer el mal”, señaló.

Estrada indicó que otro motivo por el que la religión es desprestigiada es por los sacrificios de los animales para ofrenda de sus deidades.

“Es una religión muy bonita, desgraciadamente aquí en México está muy mal encaminada. Desgraciadamente aquí creen que todo es matar animales, no, yo puedo poner frutas, comida o flores y con eso resuelvo”, aseveró.

“Criticamos lo que no conocemos”

Para dar solución a sus problemas laborales, hace 4 años Elena Sánchez acudió por primera vez a una consulta de santería con el Babalawo Mino.

Una ceremonia, una limpia y unos polvos fueron suficientes para que dejara de padecer injusticias por parte de su superiora, indicó Sánchez.

“Tenía muchos problemas en el trabajo con mi jefa: me exigían quedarme más tarde, no me aumentaban el sueldo, me hacían groserías en la oficina. Pero él me dio unos polvitos que eché en el escritorio, encima de mi computadora y mi lugar y todo se empezó a componer”, dijo la mujer de 68 años de edad.

Ante la efectividad obtenida, Sánchez narró que regresó en otras ocasiones para librarse de malas vibras y envidias, así como para aliviar la gastritis que padecía y mejorar su situación económica, males que solucionaron con rituales y aguas aromáticas para bañarse.

“Me limpió con unas hierbas, me limpió con una paloma y luego la aventó y me sopló en el cuello con algo como aguardiente, me dejó toda llena como de un gis, me echó ese gis en las muñecas, en el cuello, en la frente y hablaba en un idioma que no entendí”, narró.

Aunque durante sus consultas Sánchez no ha percibido cosas macabras, de magia negra o demoniacas, aseguró que ha tenido que lidiar con el perjuicio de sus allegados que critican su práctica.

“Hay gente que hasta critica el yoga, todo lo que no entiende lo critica”, explicó, “los humanos así somos, criticamos lo que no conocemos, luego uno conoce algo y ve que no es malo”.

Debido a que la santería no es excluyente con practicantes de otras religiones, Sánchez continúa acudiendo a la fe católica y cuando requiere de mayor rapidez acude con el babalawo.

“Yo lo veo como un accesorio, es un auxiliar. Cuando uno está muy desesperado de alguna necesidad va uno a la Iglesia -porque soy católica- y pido con una veladora, pero aparte somos supersticiosos porque uno quiere más rapidez en algunos asuntos, entonces a los dos les pido: voy a la Iglesia y también voy con él a que me eche la manita”, indicó.

“No es una creencia, es una religión”

Las constantes enfermedades que padecía y la falta de un diagnóstico preciso por parte de los médicos llevaron a Angélica García a la santería.

“Los doctores no daban por dónde y gracias a esa espiritualidad he podido sobrellevar mi salud”, indicó.

Desde hace 10 años, García y todos los miembros de su familia acuden frecuentemente a consultas para atraer prosperidad, bienestar, salud y tranquilidad espiritual, esto mediante ceremonias realizadas con flores, velas, lociones y animales.

Aunque la Iglesia católica considera paganos a quienes practican la santería, García aseguró formar parte de ambas religiones y negó que las ceremonias que realiza en compañía de su babalawo estén relacionadas con brujería o hechicería.

“No es una creencia, es una religión muy antigua y que realmente no se ha dado a conocer o la han dado mal a conocer, pero yo por lo que tengo entendido, lo que he leído y lo que he practicado durante 10 años no tiene nada qué ver con brujería, al contrario, es una cosa muy limpia, muy sana y sobre todo espiritual”, dijo.