Especialistas del Servicio Médico Forense trabajan con huesos y dientes de los cuerpos para identificar a los sujetos; cuentan con una base de datos que alberga características específicas Mario GALEANA De 2013 a la fecha se han abierto 631 reportes de familias que han acudido al Servicio Médico Forense (Semefo) de Puebla en busca de un pariente desaparecido, pero sólo alrededor de el 50 por ciento de ellos ha sido localizado vivo. Así lo informó la directora del Semefo del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Elia Cristina Quiterio Montiel, quien precisó que en lo que va de este año se han reportado 41 casos de la misma naturaleza, pero sólo 12 de ellos han sido identificados en esta unidad. Durante 2014, se realizaron 310 entrevistas antemortem, que se refiere a la plática que se realiza en el área de atención a familiares en el Semefo, y donde se recaban los datos de los desaparecidos. En 142 de los 310 casos registrados los familiares fueron localizados con vida; en 62 de ellos los cuerpos ya habían sido identificados por el Semefo, mientras que 106 de los casos continúan como desaparecidos. “Cuando alguien llega y pregunta por un familiar, nosotros les elaboramos una entrevista que dura en promedio dos horas. A través de un cotejo fotográfico y de huellas dactilares, se hace toda la recabación del familiar desaparecido, y los datos se integran en un software que se llama ‘ampm’ (antemortem y postmortem), donado por la Cruz Roja Internacional, donde se genera una base de datos con las características de los cadáveres que llegan al Semefo en calidad de desconocidos”, indicó Quiterio Montiel. Durante el año pasado, el Semefo de Puebla recibió un total de mil 130 cadáveres, siendo diciembre, enero y febrero los meses con más decesos registrados, pero a nivel estado, los 26 Semefos ubicados al interior de la entidad albergaron un total de 2 mil 976 cadáveres, de los cuales a 168 se les dirigió a la fosa común. Proceso de identificación del cadáver El área de identificación humana del Semefo de Puebla se compone, a su vez, por las áreas de odontología forense y de antropología física forense, donde se buscan “las características individualizantes para la identificación de los sujetos”, según el odontólogo y la antropóloga forenses, Héctor Jácome Hernández y Liliana Durante Ortega. Además de la necropsia practicada por los médicos legistas, en donde se registran todas las señas que puedan servir para la identificación del cadáver y su causa de muerte, los odontólogos forenses realizan una estimación de la edad a través de los órganos dentales. Como, por ejemplo, la huella rugoscópica, que son “las arrugas que se forman en el paladar y que asemejan una huella dactilar, ya que son únicas, inmutables y perennes”, explicó Jácome Hernández. Los resultados que arrojen dichos exámenes se comparan con los que obtengan los antropólogos, donde a través de la medición de la pelvis, el cráneo y huesos largos se estima la edad, altura y sexo del cadáver. “Para la estimación de la edad se ocupa, por ejemplo, la cuarta costilla. Se limpia la parte del cartílago y, entre más profunda se ubique la costilla, el occiso es mayor; entre más superficial se encuentre, será menor”, ejemplificó Durante Ortega. A su vez, el Semefo de Puebla cuenta con el área de entomología forense, que es donde se estima el tiempo de muerte, a través de un análisis de “toda la fauna cadavérica que alberga un cadáver en descomposición, es decir, larvas, moscas y, en algunos casos, escarabajos”, indicó la entomóloga forense Andrea Carolina Méndez. Necropsia de José Luis Tehuatlie no se alteró La directora del Semefo, Elia Cristina Quiterio Montiel, aseguró que la necropsia practicada al niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, quien falleció por una herida que recibió en la cabeza durante el enfrentamiento entre pobladores de la junta auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan y policías estatales en julio del año pasado, no fue alterada ni manipulada, tal y como aseveraron los defensores jurídicos de la madre del menor. Incluso, Quiterio Montiel aseguró que el procedimiento fue grabado y fotografiado, además de que contó con la presencia de observadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y de la Procuraduría General de Justicia (PGR) del estado. |