De acuerdo con datos del Inegi, en Puebla sólo 15 de cada 100 viviendas tienen acceso a internet; se ubica por debajo de la media nacional Guadalupe JUÁREZ De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), las prácticas de usuarios de internet como sexting, ciberbullying y cibergrooming son acciones que suelen incrementar las conductas de riesgo y la comisión de conductas antisociales o ilícitas que pueden alterar su integridad. En el marco del Día Mundial de Internet, celebrado cada 16 de mayo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refiere que en la entidad sólo 15 de cada 100 viviendas tienen acceso a internet, menor al porcentaje a nivel nacional, que es de 21 por ciento de la población, sin embargo, ésta, de acuerdo con la SSP, está expuesta a las prácticas ya mencionadas. Así lo señala en su Guía del Taller de Prevención contra el Delito Cibernético, el cual describe que sexting se refiere al envío de mensajes de texto, fotografías o videos grabados por una persona durante un acto sexual, el cual aunque en un primer momento no puede tener mayores complicaciones, quien lo practica se encuentra vulnerable a amenazas a la privacidad, es decir, el material puede ser visto por cualquier persona. Asimismo, daño psicológico posterior donde se ven involucrados padecimientos como ansiedad, depresión, exclusión social o hasta suicidio, indica el documento, así como sextorsión, denominada así ya que si el material llega a una persona desconocida, lo utiliza para extorsionar al protagonista, asimismo el riesgo de geolocalización cuando los dispositivos móviles pueden facilitar la ubicación física de las personas. En cuanto al ciberbullying, la guía señala que es la acción entre menores en edad al insultar, humillar, amenazar o chantajear a través de un dispositivo a sus compañeros de clase, cuyas características son diferentes al bullying, pues la víctima es agredida por uno o varios sujetos y los espectadores pueden ser miles de personas; aquí el daño sólo es psicológico y social, no físico, y el agresor puede quedar en el anonimato. “Las agresiones se mantienen constantes, las imágenes, videos o comentarios afectan a la víctima, no sólo cuando son subidos a internet, sino cuando otra persona los ve, es decir, mientras se mantenga en el ciberespacio”, explicó la SSP. Por otra parte, el cibergrooming es el conjunto de estrategias que una persona suele utilizar para ganarse la confianza de un menor a través de internet con el objetivo de conseguir concesiones de índole sexual. Por lo anterior enlistaron conductas ilícitas derivadas de estas prácticas como el uso de medios cibernéticos con fines fraudulentos, robo y suplantación de identidades, robo de información personal, bancaria, institucional o empresarial, negociaciones de secuestros y extorsión y pederastia. |