| El ignorar el manejo de estas alternativas bancarias pueden generar conflictos, tales como fraudes o bancarrotas Guillermo CASTILLO Nueve de cada 10 problemas de insolvencia y anomalías de operación en las cajas de ahorro y cooperativas son producto del desconocimiento de sus dueños sobre procesos bancarios y financieros. Así lo afirmó Miguel Ángel Valdiosera Muñoz, mentor y asesor del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Puebla, quien señaló que ello deriva en fraudes no intencionados. En la actualidad, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) tiene nueve negocios boletinados en la entidad, los cuales no son aptos para recibir el dinero de la población pues están en riesgo de quiebra. Durante una entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el especialista explicó que esto ocurre cuando una empresa decide funcionar sin los conocimientos suficientes. Además, indicó que los propietarios suelen tomar montos guardados por corto tiempo, sin embargo, con el fin de mejorar las tasas de rendimiento, colocan los recursos en instrumentos de inversión a largo plazo. “La mayor parte de los ahorradores chiquitos, prácticamente ahorran al mes… Entonces, si yo tengo un montón de ahorradores a un mes, debo tener el dinero igual… Pero resulta que cuando pasa esto, yo agarré el dinero a un mes y lo di a un año, y dicen: ‘Espérame tantito’, pero se genera una enorme desesperación y todo mundo piensa que lo tomaron”, afirmó. Cuando esto sucede y algún ahorrador solicita su dinero, la empresa no puede dar una respuesta por lo cual se establece su insolvencia; aunado a esto, la situación se agrava cuando otros involucrados se enteran y desean desligarse. El especialista apuntó que en algunos casos, los responsables buscan financiamientos para saldar los pasivos urgentes, sin embargo, la gente “entra en desesperación y la resolución del conflicto se aplaza”. No obstante, el experto reconoció que también se han presentado casos donde los dueños de las cajas y cooperativas actúan con dolo contra la ciudadanía. Pese a esto, Valdiosera Muñoz afirmó que la solución a estos conflictos no es cerrar este tipo de negocios, pues los consideró como necesarios para las personas que por su nivel de ingresos o lugar de residencia no tienen acceso a la banca tradicional. Por el contrario, afirmó que este tipo de alternativas deberían capitalizarse en los casos de empresarios que no tienen antecedentes adversos y establecer exámenes así como cursos de inducción y capacitación a quienes desean incorporarse a esta actividad, con el fin de garantizar que los negocios operen de manera correcta. Cuestionado sobre los hábitos de los ahorradores, comentó que la gran mayoría llega a este tipo de empresas por recomendación, por lo que no suelen revisar si son lugares confiables e incluso, muchos se organizan a partir de las llamadas “tandas”. Frente a ello, llamó a que la gente revise qué garantías tienen las cajas de ahorro, cuánto tiempo han estado en el mercado y quiénes son sus dueños, los cuales deberían ser banqueros para evitar problemas como mejor opción. “Hay un montón de cajas de ahorro que tienen 30 o 40 años en el mercado… Esas están suficientemente capitalizadas como para recibir recursos y regresarlos con mucha seguridad, sobre todo, en ese tiempo porque ya tienen banqueros o gente que sabe que no puede mezclar los flujos de recursos”, finalizó. |
