Impunidad genera violencia

Lourdes Pérez Oseguera experta en temas de violencia de la UIA.  Maribel VÉLAZAQUEZ Los casos en los cuales los ciudadanos hacen jus­ticia por su propia mano, deben ser aceptados por el gobierno como resultado de la impunidad y de la fal­ta de atención a los llama­dos de la sociedad, manifes­tó Lourdes Pérez Oseguera, responsable del programa de violencia de la Universidad Iberoamericana. El pasado fin de semana se dio a conocer que habitan­tes Cohuecan mataron a dos hombres y los colgaron en las ramas de unos árboles ubi­cados cerca de un paraje cer­ca de la autopista Siglo XXI, porque habían secuestra­do a un adolescente de esta misma comunidad. Este no es el primer caso en el que los pobladores se ven involucrados; en 2014 ciudadanos de una de sus juntas auxiliares lincha­ron a un sujeto a quien sor­prendieron tratando de robar un vehículo cargado con fertilizante. Lourdes Pérez recordó que en Puebla se han dado situa­ciones similares, las cuales podrían repetirse e incremen­tar si las autoridades no hacen nada al respecto. Agregó que dichos come­tidos son una reacción ante la falta de justicia y credi­bilidad en las instituciones, pues algunas veces las auto­ridades atrapan a los delin­cuentes pero al final los dejan en libertad. La especialista calificó de lamentable la respuesta, pues muchas veces se llegan a come­ter actos muy crueles, aunque sin duda es una considerada resistencia ante la injusticia. La violencia es cada vez, más normal entre la sociedad y muestra de ello es que son eventos constantes, incluso se puede rememorar el caso de Canoa de 1968, cuando los habitantes asesinaron a unos jóvenes. Pérez Oseguera detalló que aunque hasta el momen­to Puebla no ha alcanzado los mismos niveles de coacción como Michoacán y Guerre­ro, en donde hay grupos de autodefensas, es necesario que las autoridades actúen antes de la entidad llegue al mismo grado. La encargada del progra­ma de violencia puntualizó que este tipo de grupos lo único que revelan es la falta de un Estado de Derecho, con lo cual se puede llegar a niveles de “barbarie”.