René VALENCIA HACE 20 años la señora Teresa Siguenza Ramos de 55, superó su lucha contra el cáncer de mama, por lo que ahora dedica su vida a apoyar a otras mujeres enfermas, para mostrarles que no están solas. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, comentó que tras superar su enfermedad se convirtió en voluntaria de la única organización poblana que apoya a mujeres con ese padecimiento, Grupo RETO Puebla, ya que su propósito es mostrar que hay esperanzas, sin importar las adversidades. Previo a dedicar su vida al cuidado de féminas enfermas, relató que en 1989 atravesaba por una etapa de sorpresivos cambios en su vida; se había convertido en madre soltera, debido a que se había divorciado de un médico, por lo que debió criar a sus tres pequeños hijos. Para mantener a sus retoños, recuerda que se dedicaba a cantar en diversas partes de la capital, por lo tanto, su negocio era el cuidado de su imagen y, en especial, su voz. El escenario y la actuación formaron parte de sus pasiones más descabelladas. Teresa detalló que durante la mañana atendía a sus niños, porque su vida gira en torno a su bienestar; después preparaba la comida; al final del día acudía a los centros de entretenimiento para activar la algarabía de los sitios en lo que se paraba a interpretar la música que disfrutaba. A mediados de aquel año, recordó que su vida cambió pues una protuberancia brotó al interior de su seno. “Nunca supe cómo explorarme. Nadie nunca me informo, como ahora”, mencionó que “por tres años sufrí la agonía de sentir que moría lentamente, me sentí deprimida y distanciada, todos los días me la pasaba llorando”. En aquel periodo, relató que debió superar sola todo el proceso de recuperación, debido a que vivía sin familia, porque fallecieron sin pareja porque se separaron; además de atender la vida de sus menores que quedaron a su cargo.Sintió que la vida era demasiado complicada para superar sola situación. La primera cosa que debió abandonar fue el canto; luego requirió pagar su tratamiento y alimentar a sus pequeños, sin embargo, debió dedicarse al comercio: artesanías, perfumes, prendas de ropa. “Los niños eran muy pequeños y no lo entendían. Sabían que mamá estaba enferma, pero no entendían de qué”, agregó. En 1991, visitó al oncólogo que llevaba su caso, para su sorpresa se enteró que se mantenía en una etapa de recesión, es decir, estaba sanando; la emoción que la invadió fue incontenible, pues volvió su felicidad a la vida y obtuvo una segunda oportunidad de vida. Dichos cambios fueron beneficiosos en su futuro, tras superar el arduo esfuerzo para sobrevivir, los momentos de profunda depresión y el temor de morir, volvieron sus ánimos junto con su rutina: cantar, unión familiar y un apremiante deseo de devolver la dádiva más grande: apoyar mujeres que sufren en el estado. Al servicio contra el cáncer Siete años después de su recuperación, además de recobrar su vida y estabilizarla, la señora Teresa narró que una tarde se encontraba sentada viendo el televisor, gozando de las noticias y el entretenimiento, cuando en el espacio publicitario presenció a leyenda: Grupo RETO y en breves segundo explicó su propósito de apoyo a mujeres enfermas. De inmediato se dio cuenta que deseaba incursionar en la iniciativa. Grupo RETO visita hospitales para compartir el mensaje de apoyo pero por cada buena obra existe un costo económico muy elevado, y no reciben apoyo directo del gobierno estatal, salvo por despensas que distribuyen entre las afiliadas. Siguenza Ramos admitió que los temores constantes ante ese panorama es que deban clausurar su centro de apoyo por falta de recursos, pero para solventarlos venden alimentos, diseñan artesanías y reciben donaciones de personas que creen en la utilidad de sus proyectos. Los apoyos ofrecidos a las enfermas son contactarlas con especialistas que ofrecen sus un des-cuento, ayudarlas a la obtención del Seguro Popular, y obsequiarles prótesis de seno artesanales y pelucas, además de acompañamiento psicológico. Actualmente la señora Teresa se siente orgullosa de ser un testimonio que muestra las circunstancias que debió superar para hoy compartir un apoyo a la gente; además, se siente orgullos que las 10 voluntarias que trabajan en conjunto con ella son mujeres que sobrevivieron a la misma enfermedad. |