Agencias “Un bólido es un remanente del sistema solar”, explicó a Verne Raúl Mújica, astrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE). “El sistema solar se formó de una gran nube de gas que se fue condensando. En las zonas más densas se formaron los planetas y alrededor de ellas hay materiales o remanentes dando vueltas”, agregó. De vez en cuando estos materiales viajan a la atmósfera de la Tierra. A diferencia de un meteorito, un bólido es un fragmento incandescente que explota en el cielo, es decir, no llega a la superficie terrestre. El INAOE aún no ha determinado el tamaño o la composición de este bólido, que puede ser metálico (férreo) o de piedra (pétreo). “Los férreos son más resistentes y sus remanentes son más fáciles de encontrar, en cambio, los de los pétreos pueden confundirse con otras piedras”, refirió Mújica. “Es muy difícil encontrar remanentes en general porque es difícil diferenciarlos.” La razón por la que estos fragmentos son resplandecientes y explotan es por la fricción que causa su contacto con la atmósfera. “La cola que se forma detrás de ellos es aire caliente que está presionando al objeto. La intensidad de este efecto depende de la forma del bólido y la manera en la que entra a la atmósfera,” señaló Mújica. En este caso, al entrar de forma rasante o de forma angular —atravesando el cielo— provocó un gran resplandor. Cuando estos fragmentos entran de forma vertical, la intensidad casi siempre es menor, explicó el especialista. El astrónomo aseguró que este fenómeno es común, “en esta ocasión sucedió en una zona poblada, donde hubo testigos, pero muchas veces ocurren y son reportados”. Sin embargo, advirtió que “no había visto un evento igual de brillante y con una onda expansiva que se haya sentido así en varios años”. Un fenómeno de características similares sucedió en Veracruz en 2012, agregó. Otro ejemplo notorio de un bólido fue el que se vio en Cheliábinsk, Rusia, en 2013. “Por su gran intensidad a ese se le llama un súper bólido, en esa ocasión si pudieran encontrarse remanentes en la zona donde se presenció”, comentó Mújica. Este tipo de fenómenos tienen mucha importancia científica, aseguró el astrónomo. “Son pistas del origen del sistema solar, por eso las estudiamos”, comentó. En este caso; sin embargo, será difícil que exista una expedición para encontrar fragmentos del bólido ya que su tamaño —aunque este no ha sido calculado con certeza— se estima que no fue tan grande como para dejar remanentes detectables, finalizó Mújica. |