Desalientan en la FGE Puebla la cultura de la denuncia
El trato de las autoridades provoca que ciudadanos no acusen asaltos en transporte público y teman sufrir represalias.
La denuncia no es una opción para quien ha sido asaltado en una unidad de transporte público o en un taxi; los ciudadanos no confían en las autoridades y algunos temen sufrir represalias, pues comúnmente les quitan sus carteras en donde llevan sus identificaciones. Angélica Tenahua Arévalo fue víctima de un hecho similar el pasado 15 de agosto; viajaba en la ruta 19 alrededor de las 21:15 horas con dirección al hospital general del norte. A la altura de Xonaca, tres personas subieron a la unidad, una vez dentro, sacaron una pistola y amenazaron a los pasajeros y el chofer. Tenahua explica que los maleantes pidieron al operador seguir avanzando, pero con las puertas cerradas, mientras quitaban a las mujeres sus bolsas, así como carteras y mochilas a los hombres; nadie se pudo oponer. Todo en un lapso de cinco minutos. La policía alcanzó el autobús cuadras más adelante sin poder detener a los criminales; muy pocos pasajeros decidieron hacer la denuncia correspondiente, comentó la joven, quien al día siguiente, buscó hacer la acusación ante la Fiscalía General del Estado (FGE). La afectada agregó que al intentarlo, ingresó a unos cubículos donde la desalentaron e incluso le respondieron, "si no pasa nada con una violación por qué crees que va a pasar algo con tu caso". Además, el personal le aclaró que tendrían que pasar alrededor de 10 horas para hacer la primera parte del trámite y después, si se podía investigar, pasarían otras 10 horas de espera, narró enojada. Por su parte, Lucía Torija Velázquez ha tenido que enfrentarse a la delincuencia en el transporte público; relató a esta casa editorial que en un viaje a bordo de la ruta 4, alrededor de las 9 horas, le quitaron su computadora portátil. "Yo iba en camino al trabajo pero no fue con arma de fuego, simplemente me abrieron la mochila y me quitaron mi laptop, estaba nueva prácticamente, tenía como mes y medio que la había comprado y me la sacaron; no sentí nada". Agregó que no se dio cuenta, pero al bajar de la unidad se percató que su mochila pesaba menos, con una navaja habían perforado su maleta para poder sacar el aparato. Mientras tanto, Arturo Martínez Jiménez declaró que no lo han atacado recientemente; sin embargo, hace algunos años tomó un taxi y unos minutos después, dos personas con atuendos policiacos detuvieron la unidad, le quitaron todo lo que traía y lo abandonaron en la zona de la planta de Volkswagen. Arturo dijo que tomó la unidad en la avenida Juárez y fue a la altura de La Paz cuando fue abordado; además, le advirtieron que no debía denunciar pues sabrían donde vive tras quitarle su credencial de elector. |