Las Patronas, una mano solidaria con los migrantes

La agrupación de mujeres comenzó sin ningún tipo de apoyo; las aportaciones comenzaron a raíz de un documental sobre su labor humanitaria

Las Patronas, una mano solidaria con los migrantes
Karen ROJAS | Señalan que por ahora sólo cooperan 14 mujeres; en un día, pueden llegar a entregar hasta 600 paquetes alimentarios. Las Patronas, una mano solidaria con los migrantes

La vecindad Podcast

Memorias del Crimen

"Madre, tenemos hambre, denos un taco" fue el inicio de una lucha constante para ayudar a los migrantes que suben a "La Bestia" con tal de hacer realidad el sueño americano. Las Patronas han luchado contra diversos obstáculos, desde buscar formas de obtener más alimentos, enfrentarse al dolor y desesperación de los viajeros, hasta en ocasiones, las críticas de la sociedad, todo con la finalidad de apoyar.

María Antonia Romero Vázquez, quien es parte de este grupo, explica que un día de hace 21 años, sus hermanas fueron a comprar leche y pan; a su regreso, no pudieron atravesar las vías porque el tren había comenzado a pasar; mientras aguardaban, hombres que iban arriba de los vagones les expresaron que tenían mucha hambre y deseaban comer lo que llevaban, por lo que las mujeres decidieron entregar la comida.

Con el temor de ser regañadas por su madre, pues los productos serían para la comida, narraron todo lo ocurrido y esperaban una llamada de atención; sin embargo, fue todo lo contrario; a partir de ese momento comenzaron a pensar en una forma de poder dar un poco de alimento a los migrantes.

Todo esto dio pie a que se comenzara a crear pequeños refrigerios compuestos de arroz, frijoles y atún para todos los inmigrantes que huyen de sus países de origen por la falta de oportunidades y la ola de violencia, afirma María Antonia.

En los primeros años del grupo, ubicado en Veracruz, no se tuvo ningún tipo de apoyo, fue con recursos propios como se alimentó a los migrantes que pasaban en el tren conocido como La Bestia; no obstante, después de permitir que una agrupación les hiciera un documental, la ayuda comenzó a llegar, agregó.

En su momento, también hubo mujeres que se sumaron; llegaron a ser 35, pero debido a los rumores existentes sobre que era ilegal ayudar a los migrantes, muchas decidieron terminar su participación por temor de las autoridades, por lo que por ahora sólo cooperan 14 personas que en un día pueden llegar a hacer hasta 600 paquetes de alimentos que contienen arroz, frijoles, atún y cinco bolillos o tortillas, dependiendo de las donaciones.

La activista comentó que la cantidad que preparan depende del número de personas que les adviertan que van a subir al tren; son avisadas con tiempo y desde las 10 horas comienzan a preparar los alimentos para tenerlos en cuanto pase el tren, ya que no hay horarios específicos.

Romero Vázquez indicó que el hambre de cada viajero es tal que aunque sea arroz y frijoles se "chupan los dedos", pues muchos de ellos llevan días de comer; pasan por muy malos momentos, extrañan a sus familias, pero las circunstancias los orillan a emprender esta odisea.

A lo anterior se suman los accidentes; muchos caen por los movimientos de los vagones y se hieren. Hace poco un joven cayó frente a sus ojos; en cuanto pudieron lo auxiliaron y en un primer intento le pidieron se levantara para llevarlo en una camioneta y tratar de ayudarlo a alcanzar el tren, como lo han hecho en otras ocasiones, pero ésta vez era diferente: no podía levantarse, había perdido su pies; al final, tuvo que ser amputado y fue deportado a su lugar de origen.

De igual forma, María Antonia recordó cuando decidió integrarse a la agrupación, hace casi 12 años. Un día, vio bajar a un adolescente del tren, le dijo que le diera un taco por lo que lo llevó hasta el comedor de Las Patronas, en donde el menor no dejaba de observarla; al final, el joven se animó a pedirle una bendición, pues dijo, le hacía falta la de su mamá, pero ella ya no estaba para auxiliarlo.

La activista recordó que se la dio y recordó a su hijo adolescente; desde ese momento, al ver a alguien necesitado decidió que siempre iba a ayudar, pues siempre hace falta alguien quien ofrezca apoyo humanitario, sobre todo cuando gran parte de la sociedad los ve como delincuentes o personas peligrosas.

Al comedor llegan personas de todo tipo, quizás sean buenas o malas, pero ahí no se les juzga, sólo se les ve como humanos que tienen hambre y necesitan ayuda, recalcó la integrante de Las Patronas.