Aunque la entidad poblana incrementó de manera general su nivel de competitividad, aún persisten vacíos que lo mantienen atascado, tal es el caso de la atención al medio ambiente, la inclusión de la sociedad en educación y salud, el ejercicio político y la economía.

Este último decreció al igual que la nula apuesta por la innovación, lo que advierte de una alta dependencia en sectores productivos que impiden la distribución de la economía, así como el mínimo interés para incrementar el conocimiento y la tecnología.

El Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) presentó este martes su Índice de Competitividad Estatal 2016, con base en datos entre 2012 y 2014, donde Puebla se colocó en la posición 14 con un escenario bueno pero no tan positivo, al avanzar respecto a la primera evaluación, cuatro posiciones.

En un ejercicio donde el IMCO busca medir la productividad de las entidades, su economía y bienestar para los habitantes, la entidad poblana reportó su mayor avance en la medición sobre los sectores financieros, telecomunicaciones y transporte, es decir, presenta buenos avances en acceso a nuevos canales de comunicación y la banca comercial.

Tan sólo en esa variable, la entidad avanzó nueve posiciones hasta colocarse en la sexta del país con mejores canales precursores, donde si bien se observa una mayor cobertura en seguros para los poblanos, al pasar de 4.34 a 4.72 pesos en primas de seguro directo, aún se califica de deficiente la captación de ahorro al reducir de 1.23 a 0.47 pesos por millar de Producto Interno Bruto (PIB).

Contrario a esto, Puebla presentó su mayor descenso en su economía al perder seis posiciones derivado de una debilidad en la situación de crédito para empresas y familias, una menor distribución del PIB, dependencia y menor diversificación económica.

Pese a la caída, Puebla se mantuvo por encima del promedio nacional en cuanto al ranking de las entidades federativas.

Sobre el tema, el estudio del IMCO advierte que en Puebla, los productos que más se exportan son vehículos y autopartes, lo que concentra el comercio exterior en un solo sector económico. Aunado a ello, se observa la alta informalidad laboral del estado en niveles del 63 por ciento, con ingresos promedio de 5 mil pesos mensuales.

El medio ambiente fue otro de los factores con crecimiento mínimo y pese a esto, se mantiene en semáforo rojo al considerar la mínima responsabilidad sobre los recursos naturales en el estado, donde además se revisa la administración y disponibilidad del agua, aire y residuos sólidos. En ésta área, Puebla se colocó entre las seis entidades con menor atención.

Otro factor vulnerable resultó ser la política, donde Puebla también figura entre las seis entidades reprobadas en el tema. Para ello se midieron los sistemas políticos estatales en cuanto a su estabilidad y funcionalidad, la rendición de cuentas, la corrupción y la participación ciudadana. Incluso, Puebla destaca por ser una de las entidades con mayor número de agresiones a periodistas, 16 casos en 2014.

En sociedad incluyente, la entidad logró avanzar, no obstante, se mantiene con indicadores de alerta al observar una mínima calidad de vida de sus habitantes en inclusión, educación y salud. De esta manera, IMCO midió rendimiento académico, oferta médica, servicios de salud, pobreza y desigualdad.

Al revisar escenarios en el ejercicio del Derecho, la estructura del gobierno y factores, referente a la productividad de los trabajadores y el empleo, Puebla presentó sus mejores números. Destaca mayoritariamente en el tema de gobierno, donde avanzó 11 lugares derivado principalmente de la mejora regulatoria, información presupuestal y registro de propiedad.

Son cinco estados los que concentran 56 por ciento de las exportaciones en el país: Nuevo León, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Baja California. Por su parte, 13 entidades apenas concentran el tres por ciento de las ventas hacía el extranjero.