Ofrecen nuevo comienzo a menores migrantes en Atlixco

El Instituto Poblano de Readaptación AC ayuda a centroamericanos que huyen de la violencia a lograr su permanencia legal en México

El municipio de Atlixco es uno de los que más migrantes poblanos expulsa a Estados Unidos, pero es también cuna de un proyecto para que los jóvenes que dejaron Centroamérica a causa de la violencia hagan de México su país.

En cuatro años y medio, el Instituto Poblano de Readaptación AC (Ipoderac) ha recibido diez menores de edad -todos hombres-, quienes tuvieron que huir de su país por las amenazas y atentados de la Mara Salvatrucha.

Al final, la experiencia pandilleril quedó atrás para los jóvenes, quienes en su mayoría obtuvieron papeles para permanecer de forma legal en México, gracias a proyectos gubernamentales de refugio poco conocidos.

Ignacio Pérez Mondragón, encargado de la dirección educativa del Ipoderac, explicó que la marca que deja la Mara Salvatrucha en los menores es fuerte por los temores que expresan haber sentido, lo que se refleja en su actitud, quienes buscan cambiar una vez llegados.

"Es muy duro porque a muchos les han matado familia, otros dejan a la familia pero se vienen con la preocupación de lo que será de ellos, el cambio de cultura sí es algo preocupante", comentó

Aunque Ipoderac surgió para atender a niños en situación de abandono que buscan reintegrarse, sus activistas comenzaron con el trabajo con migrantes centroamericanos tras un acercamiento con grupos de refugiados.

De esta forma es que nació el Grupo Atlixco, el cual integra a 10 organizaciones en todo el país, donde Ipoderac es el único de Puebla. El grupo busca brindar un apoyo para obtener garantías a jóvenes que transitan México sin compañía.

Las instituciones han centrado esfuerzos en atender a mujeres menores de edad y en hacerles conocer a los menores centroamericanos sus derechos en México.

Los contactos los realizan con la Comisión Mexicana de Apoyo a Refugiados (Comar) y con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), quienes buscan colocar a los jóvenes en viviendas seguras, mientras obtienen la legalización.

Pérez Modragón agregó que el Grupo Atlixco no cuenta con un censo que permita identificar a cuántos centroamericanos han impulsado, lo cual se trata de un dato complicado por la confidencialidad que implica.

Tras recibir capacitación y apoyo en la institución de Atlixco, los centroamericanos han encontrado su vocación en actividades como la educación, mecánica, carpintería y estilismo; los cuales practican en diferentes ciudades de México.

Sin embargo, el activista recordó que entre las historias está también la de un salvadoreño de nombre Gustavo, quien escapó de la institución porque tenía un objetivo claro: llegar a Nueva York con su familia, esto tras siete intentos fallidos.

Explicó que este caso fue significativo, pues aunque el joven -que ahora tiene 16 años- seguía el proceso de reintegración, fue sincero con los activistas al explicarles que buscaba llegar a Estados Unidos para reunirse con su familia.

Tras un dilema ético, optaron por avisar a las autoridades migratorias, pero Gustavo decidió seguir su camino; dos semanas después, avisó por teléfono que ya había llegado y por Facebook saben que ahora estudia la preparatoria.

Foto: Karen Rojas

"Notificamos a migración, lo hablamos con el chavo y por obvias razones un día se fue de Ipoderac, dijo 'antes de que vengan por mí', se fue y como a las tres semanas nos llamó y nos dio tranquilidad, hasta la fecha seguimos en contacto", recordó.

Fuera de este caso, comentó que la experiencia demuestra que los jóvenes comienzan a ver a México como una buena opción y sin los riesgos que implica cruzar a Estados Unidos.

Al margen del trabajo con migrantes centroamericanos, Ipoderac trabaja con menores mexicanos que han caído en algún tipo de abandono y, en la actualidad, promueven el documental Día de Visita, el cual narra la experiencia de Juan Carlos, uno de los jóvenes que ha pasado por Ipoderac.

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