Entre ellas, destaca el especialista, está el hacer un análisis de las redes que se saben y no usar, así como las experiencias para poder elegir con criterio, evaluar escenarios de lo que podría salir mal y hacer comparaciones.

Por otro lado, también se puede emitir mensajes con cierto grado de anonimato, como podría ser el encuadre de imágenes; contar con buenas contraseñas y conocer el número de identidad internacional de contenido móvil (IMEI, por sus siglas en inglés), por si el aparato es extraviado.

Desde la red, también se considera no recomendable estigmatizar el sexting, como lo han hecho organismos públicos nacionales con campañas a fin de evitar su práctica, pues esto va contra los derechos y no resuelve problema ni abona a su seguridad.

En la práctica, sostiene, se parte de los derechos sexuales y la autonomía en la vida privada; asimismo, evitarlo no termina con la difusión de imagen sin consentimiento de los involucrados e involucra preceptos morales y de roles de género.

Por la mañana, Brito participó también en la conferencia Privacidad y Espionaje en las Telecomunicaciones, en la que abordó el mal uso que se le da a los datos que los usuarios de dispositivos móviles generan al usarlos.

Aunque hizo mención de inversiones hechas por gobiernos para hacer uso de esta información y mencionó a Puebla, situó al estado de Jalisco como uno de los ejemplos más notables.