Desde el arresto, los detenidos enfrentan vulnerabilidad a sus derechos, pues esta etapa es la más denunciada por los reclusos en cuanto a actos de corrupción, con el 61.9 por ciento; es decir, 2 mil 310 personas que en su detención acusaron este hecho.

Durante su estancia en el centro penitenciario, al menos mil 738 internos confirmaron actos de corrupción, lo que representa el 46.5 por ciento del total de presos encuestados por este abuso.

Al menos 7 de cada 10 convictos dijeron ser víctimas de corrupción de manera directa, a través de peticiones de "beneficios" como dinero, bienes, regalos y/o favores, situación que enfrentaron mil 244 presos en Puebla.

En suma a esto, 862 presos confirmaron corrupción en su contra desde una tercera persona involucrada, mientras que 956 plantearon que se lo insinuaron, o bien, se generaron las condiciones para concretar el abuso.

Son los custodios los principalmente señalados por realizar los cobros de beneficio, esto por parte de los encarcelados, ya que 8 de cada 10 señalaron a estos como responsables del abuso cometido en su contra.

El hecho advierte de una vulnerabilidad de los derechos de los presos, ya que el 95.2 por ciento confirmó no haber interpuesto una denuncia por los actos de corrupción cometidos durante su estancia en el Cereso de Puebla.

Durante la comparecencia en el Ministerio Público, también se denunciaron actos de corrupción; pues 989 presos confirmaron estos hechos, mientras que en juzgados la acusación fue por parte de 463 detenidos.

Puebla se colocó en segundo lugar nacional también en mayor número de denuncias de presos que aseguraron haber sido víctimas de al menos una conducta ilegal en su contra, hecho que confirmó el 60.7 por ciento de los reclusos.

Inegi realizó encuestas a 338 centros penitenciarios federales, estatales y municipales en las 32 entidades federativas; la encuesta consideró una muestra de 64 mil 150 personas privadas de la libertad durante 2016.