Agradecen en Hueyapan “al pueblo no al gobierno”

Así han vivido los habitantes de Hueyapan, Morelos los efectos que dejó el sismo del 19 de septiembre

"Peligro" y "derrumbe" son las palabras en tono rojo que se leen a cada paso en los muros de los hogares de Hueyapan, Morelos, uno de los sitios afectados por el sismo del pasado 19 de septiembre. En la comunidad, de acuerdo con algunos voluntarios por lo menos 300 casas se colapsaron, mientras que las autoridades han resaltado por su ausencia, aunque no así la sociedad civil.

Precisamente en una manta colocada en uno de los accesos principales se puede leer, "Hueyapan más fuerte que nunca, muchas gracias por su donación a todos los estados vecinos, que dios los bendiga, agradecemos al pueblo mexicano, no al gobierno".

Esta no es la única muestra de agradecimiento, en las viviendas que aún quedan de pie, o en las bardas que resistieron al embate de la naturaleza, se pueden encontrar cartulinas coloridas con mensajes, éstas contrastan con el color café de los adobes derrumbados en los caminos.

El ambiente es de cooperación, los vecinos se ayudan, primero para terminar de derrumbar sus hogares, pero también para recoger los escombros. A la par hay familias que se organizan para preparar alimentos para quienes vienen de otras demarcaciones a ofrecerles una despensa o ropa de manera altruista.

De momento, las calles principales se ven con tráfico intenso, en general son camionetas con mensajes como "ayuda para Hueyapan", sus orígenes son diversos, Veracruz, Puebla, Ciudad de México, entre otros.

"Da tristeza porque es el patrimonio de toda la vida"

"Sí fueron muchos años de trabajo, nos da tristeza porque es el patrimonio de toda la vida, pero igual que podemos hacer, la madre naturaleza, también está por Dios que al final no nos haya pasado nada", expresa Alfredo Hernández Genis de 49 años, mientras observa como un grupo de amigos derriba el segundo piso de su casa.

El ruido de los golpes de los martillos contra el techo interrumpen su relato, así que da un sorbo a la botella de cerveza que lleva en la mano, tras ello, recuerda que el sismo los tomó por sorpresa al interior de su hogar, todos salieron lo más rápido posible pues estuvo "fuertísimo", más que el del 85.

Tras el movimiento telúrico, lo primero que observó es que la segunda planta se colgó, no había más remedio, la demolición era inminente, pero como vio que "aguantaba", primero ayudó a desbloquear los caminos y a cinco días del siniestro se decidió a tumbar la parte afectada, sin la ayuda del gobierno, de quienes no han visto nada, ni de la presidenta municipal, Ana Bertha Haro Sánchez, ni del diputado, Javier Montes Rosales.

Agregó que con su trabajo de campesino le llevará por lo menos tres años hacer la reconstrucción, pues para ello requiere mínimo 40 mil pesos, de ahí que demandara la ayuda del gobierno para resarcir los daños. "Pues que se pongan las pilas las autoridades, que no nos abandonen, porque la presidenta de hecho pasó el temblor y todas las calles tapadas, las principales, para una emergencia, un herido, ni para donde salir".

A la par de este tipo de casos, también hay otros como el de Rogelio Pérez Martínez, que "no está en sus cinco sentidos" y por lo tanto no puede trabajar para construir otro inmueble, explica su hermano Eulogio mientras señala como todos los cuartos hechos de adobe están por venirse abajo.

Añadió que actualmente da cobijo a su pariente en su propiedad, pero también lo hace a favor de la familia de su hijo quien también tuvo problemas estructurales de ahí la necesidad de que las autoridades se apresuren a reconstruir la comunidad.

Puente dañado

Además de la caída de las viviendas, otra de las afectaciones para los habitantes de Hueyapan, son los daños estructurales del puente de Teopancaltitlan, el cual es fundamental ya que no sólo es utilizado por ellos para enviar sus productos, también es usado por habitantes de otros estados.

Lo anterior lo dio a conocer Noé Ramírez Pérez, presidente del comisariado ejidal de Hueyapan, quien recalcó que los ciudadanos de manera coordinada realizaron este domingo trabajos para evitar que el agua de la lluvia agrave la situación, sin embargo, es urgente, que el gobierno les entregue cemento, cal, arena, varillas y todo el material necesario para reconstruirlo.

"Queremos que los diputados se acerquen, como Javier Montes que pues cuando estuvo en campaña le echamos la mano con el voto, ahorita queremos que se acuerde de nosotros, es vecino de acá, lo conocemos y queremos que este puente se reconstruya de inmediato", dijo.

Las imágenes del desastre movieron a los voluntarios

Vanesa Montoya Herrera de 29 años es contadora en la Ciudad de México y después de ver las imágenes sobre el impacto del sismo en Hueyapan en redes sociales, decidió, junto con otros amigos que estudiaron lo mismo, acudir a la zona.

Eligieron este municipio por dos razones, una por estar cerca pero también porque si bien intentaron colaborar en su lugar de origen, en donde el temblor también afectó, no lograron hacerlo ya que había muchas personas ayudando en todas las áreas.

Montoya Herrera llegó junto con otros cuatro contadores el pasado 23 de septiembre, su idea inicial era repartir despensas que habían armado, pero el tiempo no les alcanzó y una de las familias les abrió las puertas de su hogar para albergarse, fue así que pernoctaron en Morelos y comenzaron a ayudar en el centro de acopio establecido en la escuela primaria Justo Sierra.

Asimismo, consideró que no hay palabras para definir las sensaciones que han vivido en Morelos, pues aunque su objetivo era ayudar, se encontraron con los abrazos abiertos de la población que a pesar de estar en problemas ofrecen lo que les queda, aguacates, elotes y hasta limones.

Faltan materiales de construcción

Alimentos, agua, zapatos han llegado de manera oportuna a los habitantes de Hueyapan, pero ahora la necesidad se orienta a los materiales de construcción pues hay por lo menos 300 casas que se han derrumbado, mencionó el voluntario Ulises Soberanes Marqués.

Además hay otras viviendas que tiene cuarteaduras importantes, de ahí la necesidad de trabajar también en este sentido, ofreciendo cal, cemento, arena, así como manos para trabajar, recalcó el voluntario del centro de acopio ubicado en la primaria Justo Sierra.