Bombas antigranizo sí afectan las lluvias
Una de las conclusiones a las que llega la revista científica de la UNAM es que no hay evidencia de que funcione
A pesar de que la empresa Volkswagen de México dijo que los dispositivos antigranizo no representa ninguna afectación al ciclo natural de lluvias ni al medioambiente, académicos de universidades aceptaron que estas bombas sí ahuyentan el agua, incluso que no hay una norma ambiental que las regule. En entrevista con este medio, Belinka Fernández González, física y doctora en ciencias, dijo que desconoce si hay alguna legislación al respecto para su uso, pero con base en investigaciones pasadas, pudo determinar que no estaba regulado el uso de dichos dispositivos. "Es una teoría relativamente vieja pero desde los años 50 ya se decía que no era favorable en armonía de costos-beneficios. Se han hecho estudios donde se han usado en diferentes países como Argentina, España, Perú, Estados Unidos. En China, por ejemplo, se usó para evitar que lloviera en la inauguración de la olimpiadas, quien la inventó fue un meteorólogo y químico llamado Vincent Schaefer", relató. La también académica de la Universidad Iberoamericana (UIA), explicó que los químicos que se ocupan pueden varíar y dijo desconocer los que ocupan en la planta armadora de Volkswagen, pero hay antecedentes de que algunas de estas bombas tienen yoduro de plata.
Para que funcionen estás bombas antigranizo, el yoduro de plata tiene que ser sembrado a través de aviones y lo sueltan en las nubes o lo pueden lanzar con cohetes. "Rocían las nubes con esta sustancia y lo que pasa es que el agua de las nubes está en estado líquido pero por debajo de la temperatura de congelación, cuando estás gotitas diminutas se encuentran con otra gota o polvo, se hace hielo y se precipita(...) es un problema, porque si las nubes no descargan en los lugares que solían descargarse, a esos lugares ya no llega agua", añadió. Ir a: ¿Qué es cañon anti-granizo?Detalló que lo que hace esta sustancia es que añade cristales a las nubes y se precipita el agua antes de que se haga hielo, es una manera de intervenir para que las gotas no sigan su proceso natural o se retracten. No hacen que deje de llover, sino que cambian el ciclo de la lluvia. Aceptó que tienen un efecto negativo en el campo, incluso ejemplificó con el investigador, Osvaldo Canziani, que fue climatólogo y meteorólogo, este experto decía que no era recomendable este tipo de prácticas pues puede perjudicar las zonas aledañas en donde se realiza. "Creo que estás bombas son muy perjudiciales y en su momento hicieron daño pero también son una combinación entre eso y el calentamiento global que está elevando las temperaturas. No todo es culpa de la planta, pero no deberían utilizar esta tecnología", concluyó. También puede interesarte: Protestan silvicultores en la VW por bomba antigranizo. Jose Juan Zamora Mendoza, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería en Agronomía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) aceptó que estas bombas sí ahuyentan el agua. En conferencia de prensa, el académico dijo que la producción agrícola podría aumentar en 100 por ciento gracias al agua natural, pero cuando no llueve los campesinos tienen que ocupar el riego de auxilio. Lo que hacen estos cañones antigranizo es una explosión en el cielo que se dispersa, rompe el granizo y ahuyenta las nubes; al redireccionar las nubes, la probabilidad de lluvia es menor. Explicó que en otros países estos aparatos han tenido éxito ya que los campesinos se dedican al mismo producto y se pueden poner de acuerdo en temas de riego, pero en México en la misma hectárea puede haber diferentes tipos de plantas, así que cada una necesita una cantidad de agua diferente. Al año, Puebla registra 4.3 granizadas y ante este problema el especialista sugirió a los afectados colocar mallas antigranizos. De acuerdo con la revista digital de ciencia promovida por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) los cañones antigranizo fueron creados con el fin de que el granizo se convirtiera en una simple lluvia y han sido utilizados por los agricultores para prevenir las lluvias acompañadas de piedras de hielo que pudieran dañar las cosechas. Sin embargo, el texto que fue publicado en febrero de este año por Isabel Pérez, de dirección general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, señala que la utilidad de éstos ha sido muy cuestionada pues no está científicamente comprobado que en realidad logren su objetivo. Una de sus conclusiones fue que no hay evidencia de que funcionen. Incluso, los resultados de experimentos planeados y realizados en Suiza en la década de 1980 indican que estadísticamente existe la posibilidad de que la incidencia de granizo disminuya sólo 35 por ciento de los casos, en tanto que la probabilidad de que se genere más granizo de lo normal es de 65 por ciento.
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